(Delfín Martell) Al estudiar el comportamiento natural  del hombre en esta esfera de tiempo deducimos que todo está conectado al universo y genera ritmo y vibración. Ésta vibración es la voz de Dios esparcida en forma de ondas al infinito espacio. Es el YO vibrante que en su inmenso poder muestra que todo es, fue y será eternamente evolución.  Reflexión aparentemente contradictoria, pero guarda relación, entre la física, la anatomía y las ciencias herméticas integradas al arte sonoro. Pero llegado el momento a través de la disciplina de la conciencia se llega a él por la sabiduría equilibrante que se resume en cuatro verbos: Saber, querer, amar y practicar la verdad, el bien lo bello y lo justo. Todo hombre es llamado a esta sabiduría porque Dios a todos dio una inteligencia para saber, una voluntad para querer, un corazón para amar y un poder para obrar. Es el arte sonoro -en acción transformadora- que reta al hombre básico a continuar buscando un nuevo camino de luz. El movimiento es ritmo, pero también dinamismo, esencia y sonido. La física y el sonido establecen una relación con el término ondas. Sistemas ondulantes,  que guardan relación con  los tonos musicales  puros y las señales eléctricas las cuales producen ondas sinusoidales. Según escuelas de pensamiento herméticas, ritmo es acción que fluye y refluye, todo tiene periodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende, todo se mueve como un péndulo, la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación. Ejemplo: cuando dos tonos diferentes se tocan al mismo tiempo, sus ondas sonoras interactúan -agudos y  graves- con la presión del aire se refuerzan para producir una onda sonora diferente. Esto crea una relación con el universo-tiempo estableciendo conexión con el mundo sonoro horizontal y vertical llamado armonía. “Nada se crea, nada muere, nada se destruye, Todo se transforma, Todo cambia y evoluciona eternamente; vibración y ritmo es fruto de un Todo”.

El movimiento es ritmo, pero también dinamismo, esencia y sonido