En los últimos tiempos, en el país se ha desatado un debate en torno a cuáles son los verdaderos alcances e implicaciones que tiene la enfermedad que padece el Presidente y cuáles las vías constitucionales para resolver el hecho obvio de que dicha enfermedad le impide tomar juramento ante la Asamblea Nacional el próximo 10 de enero, tal como lo establece el artículo 231 de la Constitución.

Partimos del reconocimiento de que Hugo Chávez ha sido electo para gobernar el país durante el período 2013-2019. Esa fue la voluntad popular expresada el pasado 7 de octubre de 2012, de tal forma que para nosotros ese asunto no está en discusión. Tampoco está en discusión, a nuestro juicio, cuáles son los caminos señalados por la Constitución para cubrir las ausencias temporales o definitivas del Presidente. Es demasiado claro que estamos ante una ausencia temporal del Presidente por razones de enfermedad, tal como él lo anunció al país la noche del sábado 8 de diciembre pasado, en razón de lo cual la Asamblea Nacional le otorgó el permiso solicitado.

De lo dicho hasta aquí se desprenden tres conclusiones iniciales:

1) El país todo desconoce la verdadera gravedad y alcances de la enfermedad del Presidente, por cuanto la misma ha sido ocultada tras un manto de misterio y secretismo. El pueblo venezolano tiene derecho a conocer la verdad que le ha sido negada y Vanguardia Popular se suma a la demanda nacional que así lo exige.

2) Como quiera que Hugo Chávez ha sido reelecto para gobernar el país por 6 años más, cualquier interpretación o aplicación de la Constitución, en la actual circunstancia, debe hacerse resguardando de la voluntad popular expresada el 7 de octubre de 2012.

3) Como es un hecho incontestable que el Presidente se ha ausentado del ejercicio de su cargo temporalmente por razones de enfermedad, es obvio que estamos ante una falta temporal y, en consecuencia, debe procederse de acuerdo con lo establecido al respecto en la Constitución.

Cabe, sin embargo, hacernos, entre otras, las siguientes preguntas:

¿Es este el debate que al país le interesa en la actual situación?

¿Es este el principal problema que afecta la calidad de vida de nuestros compatriotas?

¿Cómo incide, por ejemplo, este asunto en la solución o no del problema que todavía padecen más de 100 mil venezolanos que aún permanecen en los refugios esperando ser reubicados en viviendas dignas?

¿Cómo incide en la solución o no al gravísimo problema de la inseguridad que el año pasado cobró la vida de 21.000 ciudadanos?

¿O en el problema de los recurrentes apagones que se suscitan como consecuencia de la crisis del sistema eléctrico nacional?,

¿O en el de los más de 300 contratos colectivos pendientes por discutir con los trabajadores y sus sindicatos?,

¿O en el desabastecimiento de importantes productos de la dieta diaria y el encarecimiento de los precios de la comida, las medicinas, el transporte calamitoso que padecemos todos los días?

y una larga lista de otros problemas para cuya reseña completa nos faltaría espacio.

En Vanguardia Popular no tenemos dudas de que, en el caso que nos ocupa, el comportamiento del oficialismo configura una violación flagrante de la Constitución que debemos denunciar. Pero no es esta la primera ni la última ni la más grave. Estamos frente a un régimen autoritario y arbitrario que ha convertido la mentira, el cinismo y la manipulación en política de Estado y ha secuestrado todos los poderes públicos, al amparo de lo cual ha violado constante y sistemáticamente la Constitución y las leyes a lo largo de todos estos años, con el único propósito de concentrar cada vez más poder y perpetuarse en el ejercicio del mismo.

En tales condiciones, poco importa si es Chávez, Maduro o Diosdado quien lleva las riendas de la Presidencia de la República. Para nosotros, pero sobre todo para el país y el pueblo venezolanos, importa más saber cuándo y cómo serán atendidos los problemas de la salud, la educación, el costo de la vida, la escasez, el empleo, los salarios, la infraestructura vial, la corrupción, la quiebra del aparato productivo nacional para favorecer las importaciones; y un largo etcétera.

Vanguardia Popular hace un llamado a no seguirnos distrayendo en maniobras que solo sirven para ocultar los verdaderos problemas del país y la ineptitud del gobierno para atacarlos y resolverlos, a no permitir que el gobierno siga buscando "chivos expiatorios" para escurrir el bulto de su responsabilidad frente al agravamiento de los mismos.

Lo planteado es profundizar la lucha al lado de los trabajadores y el pueblo en defensa de sus derechos y reivindicaciones, al tiempo que trabajamos por la construcción de una nueva mayoría social y política que se convierta en real alternativa de gobierno, en función de alcanzar la justicia social concretada en la superación de la pobreza y la exclusión de todo tipo; rescatar la soberanía nacional vergonzosamente entregada a potencias extranjeras; propiciar el despegue industrial y comercial del país por la ruta del progreso sostenido; y construir una verdadera democracia participativa y cotidiana, sustentada en un sólido poder popular democrático, autónomo, plural, sin exclusiones, sectarismos o manipulaciones estatales o partidistas. Para luchar por alcanzar estos propósitos convocamos a la más amplia unidad nacional y popular.

¡POR SOBERANÍA, DEMOCRACIA, PROGRESO Y JUSTICIA SOCIAL! Caracas, 9 de enero de 2013 Comité Directivo Nacional de Vanguardia Popular