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No ha sido capaz Tarek W. Saab de resolver o al menos mitigar uno sólo de los problemas que acogotan a Anzoátegui
Anzoátegui es un estado desafortunado. Desde hace mucho tiempo es gobernado por mediocres e incapaces. A fines de 2004, a instancias de Hugo Chávez fue elegido un desconocido joven de ascendencia árabe cómo Gobernador. Sólo de sabía de él que decía ser poeta y defensor de los derechos humanos. Había trabajado bajo las órdenes de Antonio Ledezma en la Alcaldía de Caracas y se esmeraba en dar imagen de amplitud cuando asistía a entrevistas en televisión y que estaba casado con una oligarca. La gente de Anzoátegui tuvo esperanzas de que por su juventud y falta de vínculos con las mafias que desde siempre detentaron el poder en la región lo haría bien. Hoy sólo se respira desencanto y frustración.
El “poeta” resultó en verdad un troglodita que se refiere a quienes le adversan a él y a la dictadura demente de Hugo Chávez como “enemigos” a los que hay que “aplastar” y “eliminar”. Su fingida condición de defensor de derechos humanos se evaporó. Era sólo una simulación hipócrita para ganar notoriedad en su carrera de arribista social y político. Su falsedad es tan grande que autoproclamándose “socialista” le ha entregado billones de bolívares en contrato y prebendas a un grupito de magnates regionales, sus socios, casi todos dueños de medios de comunicación, entre los cuales destaca ostentosamente el grandeliga Maglio Ordóñez.
La calidad y la utilidad de las obras que construye su gestión dejan mucho que desear y los sobreprecios son el pan nuestro de cada día. No ha sido capaz Tarek William Saab de resolver o al menos mitigar uno sólo de los graves problemas que acogotan al pueblo de Anzoátegui. El distribuidor de Plaza Mayor es el más gigantesco exponente de la corrupción y la incapacidad. Una obra inútil para la gente pero buena para enriquecer los bolsillos de la mafia ladrona que detenta el poder.
Sería interesante que Tarek William Saab diga públicamente cuántas nuevas escuelas y liceos ha construido, ¿Cuántas nuevas camas hospitalarias se le han agregado al Sistema Regional de Salud? ¿Por qué no ha hecho nada para resolver el grave problema del hacinamiento carcelario en el Internado Judicial de Puente Ayala y en los retenes policiales? ¿Por qué no se ha ocupado de la construcción de viviendas? Cualquiera de sus predecesores lo supera en número de soluciones habitacionales edificadas. No hay un solo barrio de Anzoátegui que haya recibido un programa integral de mejoramiento en sus condiciones de vida.
El drama del transporte público no ha merecido la menor atención de un gobernador incapaz mientras alrededor del Palacio de Gobierno se mantienen estacionadas unidades autobuseras compradas para no prestarle servicio al pueblo sino a las movilizaciones del PSUV. Ayudar a los bachilleres que aspiran a ingresar al Sistema de educación superior no le llama la atención a quien tiene asuntos más “agradables” en que entretenerse. El Instituto Tecnológico “José Antonio Anzoátegui” es algo remoto para Saab, los infortunados niños de Pakistán, la pantalla y el maquillaje son más importantes que los jóvenes de Anzoátegui. ¿La UDO? Ni siquiera sabe dónde queda.
Otro drama importante es el de los empleados públicos, los docentes, obreros, policías y el personal jubilado y pensionado. Esa gente sólo le interesa para obligarlos a vestirse de rojo y a asistir a los actos políticos del PSUV. Si el salario no les alcanza a él no le importa. ¿Contratos colectivos? ¿Para qué? Se pregunta el antiguo vendedor de pantaletas baratas, esa plata la necesita para enriquecerse. Un detalle que ilustra el desprecio que Saab siente por los trabajadores lo da el Proyecto de Ley de Presupuesto del año 2011, allí se le asigna a la previsión para la contratación colectiva de empleados y maestros el mismo monto que a la partida de avisos. Mientras para publicidad y propaganda se incluye una partida doce veces mayor. La pantallería es más importante que los trabajadores del estado para éste farsante “revolucionario”.
Y todavía el pobre infeliz tiene los riñones de decir que es “el que más ha hecho por Anzoátegui” La verdad es que Tarek William Saab ha resultado ser un pobre gobernador.
Jorge Ramírez Fernández
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