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Sonidos y chacras están ubicados en siete puntos del cuerpo en grave y aguda vibración
(Delfín Martell) Un alto nivel de estrés aqueja al hombre de hoy. Presión económica, laboral y el transporte. Aspectos del diario acontecer que definitivamente afectan el organismo. Un enemigo solapado que causa desajuste orgánico, traducido en perdida de energía, motivación y el necesario entusiasmo.
¿Qué hacer para contrarrestar a dicho enemigo?
Una buena herramienta terapéutica complementaria lo representa la limpieza de chacras, sonidos y masajes. Terna perfecta de salud integral y holística como, aliada eficaz, al tratamiento de obstrucción y fluidez de energética -elemento motor- en la motivación vibrante del hombre.
Los chacras -centros de energía- están ubicados en siete puntos del cuerpo y; contados de abajo hacia arriba, por razones de índole físico y vibrátil. “Sonidos graves y agudos”.
El primer chacra o fundamental (raiz) está ubicado en la cuarta vertebra sacra y el séptimo en la primera cervical. El resto están diseminados en puntos bien definidos en el mapa corporal.
Los siete sonidos de la escala occidental se relacionan a través de ciertas conductas afines en cada persona y conectadas por vibración corporal a siete chacras
La frecuencia vibrátil -en mi propuesta- debe ser estimulada por un sonido puntual entonado, en relación con la escala musical occidental.
El nativo recupera energía y por ende aptitud positiva ante la vida.
El masaje nucleara complementariamente la limpieza “reverso del cuerpo” ajustando integralmente el proceso vibrátil, en vinculación natural entre el árbol de la vida y la serpiente ígnea, es decir, la conexión entre la vibración de los discos de energía (chacras) y el fluido energético ubicado en la columna vertebral.
Sugiero complementariamente estimular los puntos ubicados en la planta de los pies (talón y planta).
Los siete sonidos de la escala occidental se relacionan a través de ciertas conductas afines en cada persona (ruta de vida) conectadas por vibración corporal a siete chacras. La voz humana (entonación) y la magnetización conspiran en alianza perfecta con los siete arcángeles afines y colores. Esto provee una poderosa terna vibrátil en función del hombre y su equilibro cuerpo-mente.