Esta sentencia popular, destaca a las personas que en situaciones confusas pretende sacar provecho, lo que viene como anillo al dedo precisamente en la coyuntura electoral venezolana, no solo de parte de individualidades, que de suyo merecen el reproche de la sociedad al ser reconocidas como mercaderes de la política e individualistas que en nada les importa el futuro de su comunidad ni del país, sino que han germinado en algunas organizaciones políticas y parte de su liderazgo.

Así las cosas y luego del anuncio de un grupo de partidos en no participar en el venidero proceso electoral municipal, pautado para el 10 de diciembre próximo, a lo que debemos reconocer como la desamparo político partidista, la sociedad civil emprendió una búsqueda de candidatos posibles a postular con el firme propósito de no dejar los espacios locales a merced del chavismo, siéndole, al menos dificultoso, para las singularidades locales, el pedir apoyo en condición de candidatos por iniciativa propia para inscribir sus nombres, dado el poco tiempo disponible entre el anuncio de la votación y la fecha de inscripción.

Necesario es de destacar que, en la fauna electoralista nacional, siempre han surgido como aspirantes a cargos públicos, los mercaderes de la política, quienes luego de registrarse para estas contiendas, procuran negociar su retiro y consecuencialmente su apoyo a otro candidato, no necesariamente al mejor, sino al mayor postor, a quien le ofrezca mejoras prebendas, claro, fundamentalmente económicas y, de ser posible, alguna posición jerárquica de gobierno. El valor de lo esperado por tal apoyo, claro que será directamente proporcional al caudal de votos que se estime pueda tener el vendedor de conciencia, y que probablemente nunca tuvo.

A propósito de lo anterior, recuerdo las declaraciones de un desdichado candidato dadas a un periódico local, según las cuales, en el poco tiempo transcurrido desde su inscripción ya había gastado 10 millones de bolívares en la campaña, que oficialmente no ha empezado. Al leer tales afirmaciones, no dudamos un grupo de amigos de referirnos a ellas, y al infeliz candidato, como la tarifa mínima que para ese momento tendría que pagar quien quisiera adosarse "tal apoyo", digo si tal cosa fuere cierta, me refiero al caudal político del seguro oferente, que habrá de procurar distintos prestatarios en busca de la mejor recompensa por su marra musía.

Al principio de este escrito hacía referencia, además de estos bandoleros, al caso de algunos partidos políticos y seudo-líderes que intentan con diversos movimientos, relucir lo que quizás otrora fueron y que ya no lo son. El la particularidad de los partidos, apreciamos a los que están dispuestos a brindar apoyo en todos los rincones electorales sin ni siquiera considerar el pensamiento político de sus propuestos al electorado, lo que sin duda me lleva a pensar que les mueven los mismos intereses de los salteadores antes descritos, pero, además, se destaca un liderazgo, tal cual zorro viejo, aquel que aparentemente cambio su pelaje, pero no sus mañas.

Además, se destaca un liderazgo, tal cual zorro viejo, aquel que aparentemente cambio su pelaje, pero no sus mañas

A este grupete, muy probable le mueven otros intereses, que no exime el crematístico, incluyendo el volver a la palestra política, amén de lograr prebendas para él y una disminuida caterva de seguidores en quienes tiene que invertir para asegurar su fidelidad.

No creo en los anti-partidos, ni estoy en contra de liderazgos legítimos y comprometidos, estoy en contra de los deshonestos y aprovechadores que por tanto tiempo le han hecho mal a la política, aquella que se escribe con mayúsculas, POLITIKḖ y que consiste en, para o con relación a los ciudadanos.

Espero en Dios, lo escrito cale en el consiente de candidatos honestos, que se cuiden de quienes le quieren secuestrar y con ello, dejarse dirigir. No se trata de aislarse, se trata de aprender a elegir ese entorno que aporte, que medre a favor de los más elevados ideales. Ejemplos de empresas exitosas son muchos y para muestra un botón, y está en la selección que Jesucristo hizo de sus 12 discípulos.

Por último, me permito citar a John Fitzgerald Kennedy: "Un hombre inteligente es aquél que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él"

@OrestesSalerno

Un libre pensador