¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Alter Ego escriba una noticia?
Nos encontramos sumergidos en un mundo donde el auge tecnológico crece cada día a pasos agigantados, donde ya nadie a voltea saludar sino que mantiene su mirada fija en un aparato virtual..
Hallar en pleno siglo XXI a un ser humano que no haya sido “víctima” del mundo virtual es como creer que bien puede venir el Chapulín Colorado a salvarnos con su astucia de tan funesta agenda noticiosa. Y es que victimizar a las personas pudiese sonar un tanto exagerado, como extraído de un manual de ancianos frustrados por no haber podido gozar tanta tecnología.
Pero ¿realmente gozamos de las innovaciones tecnológicas, o las mismas nos disfrutan a nosotros?, al parecer somos quienes nos jactamos de dicha, al decir que tenemos tal modelo de Blackberry o que papá nos mandó a traer del país de las maravillas un nuevo computador que escribe por nosotros. Cada vez nos hacemos más dependientes de aparatos electrónicos, al punto de no poder vivir sin ellos. Disminuimos nuestra capacidad de relacionarnos y nos conformamos con recibir un PIN, o el más humilde un mensajito de texto.
Y aquel que se atreva a enviar una carta de amor manuscrita y llena de mucho romanticismo (como las que solían escribirse hace años atrás, a puño y letra) es visto como un extraterrestre, un pasado de onda; hoy día lo que nos envían son e-mails con un sin fin de cadenas comerciales, correos reenviados que no nos dicen nada nuevo.
Realmente estamos abarrotados de tanto comercio y superficialidad, hemos sustituido nuestras virtudes reales por vidas virtuales; estamos poco a poco perdiendo nuestro sentido de humanidad, de convivencia social, creemos que estamos más unidos con todos estos avances pero la realidad es otra.
De algún modo usamos estos aparatos como refugio de tanta violencia desatada en las calles, de tanta pobreza, de muchos problemas. Pasamos al lado de un montón de gente llena de tristeza y luto en sus rostros, y no hacemos sino darle volumen al IPOD, nos hacemos ajenos a nuestra realidad, somos conformistas. Total ya estamos acostumbrados a que todo esto suceda.