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Los partidarios de que España sea una república deben utilizar los cauces legales para proponer una reforma constitucional, afirmó este martes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para quien la monarquía tiene un "apoyo muy mayoritario" de los españoles.
El lunes por la tarde, horas después del anuncio de la abdicación del rey Juan Carlos en el príncipe Felipe, miles de personas salieron a la calle en muchas ciudades de España haciendo ondear la bandera de la Segunda República (1931-1939), para reclamar un referéndum sobre el futuro de la monarquía.
"Lo único que no se puede hacer en democracia es saltarse la ley. La democracia es el imperio de la ley. Yo creo que la monarquía tiene en España un apoyo muy mayoritario y, si hay alguien al que no le gusta, que plantee una reforma de la Constitución", propuso Rajoy durante un foro organizado en Madrid por el semanario británico The Economist.
"Todo el mundo que quiera cambiar las reglas de juego puede hacerlo. Pero tiene que utilizar los instrumentos establecidos en la legislación", añadió el mandatario. "Plantee usted en las Cortes una reforma de la Constitución, tiene perfecto derecho a hacerlo".
Por su parte, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, también mostró su apoyo a la monarquía parlamentaria, como parte del consenso logrado en la transición del franquismo a la democracia.
"Ese consenso no lo vamos a romper, creo que es un valor que da firmeza a nuestra convivencia. Estamos en ese consenso constitucional y vamos a seguir estando", dijo Rubalcaba durante un desayuno informativo en Madrid, tras recordar que los socialistas tienen "hondas raíces republicanas".
En los últimos años, el desgaste de la monarquía, los problemas de salud del Rey y los escándalos que empañaron el fin de su reinado atizaron el debate sobre el retorno a un régimen republicano. En un país donde el apoyo a la Corona fue históricamente volátil, los más jóvenes no vivieron la Transición, que convirtió a don Juan Carlos en un héroe de la democracia, legitimándolo como jefe del Estado.
Paralelamente, la crisis económica que sacude al país desde 2008 provocó una pérdida de confianza general en las instituciones, la monarquía incluida. Esta tendencia se expresó en las elecciones europeas del 25 de mayo, con un desplome de PP y PSOE, así como un auge de pequeñas formaciones de izquierda defensoras del retorno a la república.