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Agencias Son diferentes las teorías que se presentan en el tema de la crianza moderna. Unos apuestan por el amor, otros rechazan la permisividad, otros padres no logran una equilibrio entre disciplina y amor. Definitivamente no existe un manual, un modelo perfecto, todo depende. rá de la características de los padres y los niños, pero una tendencia actual es la disciplina positiva. Sobre el tema Pitoquito conversó con la psicóloga Yajaira Nucette, quien explicó sobre este nuevo esquema y como ponerla en práctica. Escuchamos cientos de veces la inquietud de papas sobre el modo de ejercer la crianza de sus hijos. La expresión de que no se nos enseña a ser papas es cierta en buena medida. Podemos tener la mejor intención al criar a nuestros hijos, pero no siempre obtenemos los mejores resultados. Existe una herramienta respetuosa y de grandes resultados a pequeño, mediano y largo plazo, y desde edades muy tempranas, llamada Disciplina Positiva. Disciplina Positiva es un modelo promovido por la educadora norteamericana Jane Nelsen para entender el comportamiento de los niños, la forma de abordar su actitud y guiarles en su camino siempre de forma positiva y afectiva.
La disciplina positiva se basa en la comunicación, el amor, el entendimiento y la empatía para disfrutar de las relaciones familiares y da herramientas a los padres para entender el comportamiento de sus hijos (incluso cuando no es adecuado) y reconducirlo con respeto, sin castigos y de forma afectuosa. La disciplina positiva es un enfoque que no incluye ni el control excesivo ni la permisividad. Demasiada gentileza sin nada de firmeza puede convertirse en permisividad, y demasiada firmeza sin gentileza puede transformarse en rigor excesivo. Asi, se basa en el respeto mutuo y la colaboración, todo con la intención de enseñar al niño competencias básicas para la vida. Un concepto muy importante de la disciplina positiva es la forma de llegar a acuerdos en común, porque es evidente que los niños están mucho más dispuestos a cumplir las reglas que ellos mismos han contribuido a decidir. Cuando aprenden a colaborar y a tomar decisiones en familia, acaban convirtiéndose en personas que "saben" tomar decisiones, que asumen sus responsabilidades y que tienen un concepto positivo de sí mismo.
Los cuatro criterios a tener en cuenta para una disciplina positiva según la autora Jane Nelsen en su libro "Cómo educar con firmeza y cariño" son: 1 - Es amable y firme al mismo tiempo (respetuosa y motivadora) 2 - Ayuda a los niños a sentirse importantes (Conexión) 3 - Es eficaz a largo plazo 4 - Enseña valiosas competencias para la vida (Respeto, habilidad para resolver problemas, participación, colaboración, responsabilidad) Una de las frases más populares de la autora es: "de donde sacamos la loca idea de que para lograr que un niño sea bueno, primero debemos hacerlo sentir mal". Y ella debe permanecer como una oportunidad de confrontarnos como papas y emprender la búsqueda de herramientas más respetuosa. La meta es alejarnos de la tentación permanente de caer en los hábitos del castigo e incluso del maltrato hacia nuestros hijos. La Disciplina Positiva nos ayuda a entender la perspectiva del niño. ¿Cuántas veces lo hemos intentado auténticamente? Se requiere la disposición y entrenamiento de papas quienes seguramente al aplicar estas herramientas se sentirán más aliviados y definitivamente identificados con su noble rol.
Podemos iniciar evaluando algunas de estas premisas: