(Delfín Martell) El arte sonoro  está presente prácticamente en todos los eventos del hombre y también en los signos del zodiaco. Este puede afectar de manera positiva o negativa en la psiquis de cada nativo a través de su fecha de nacimiento y conectarla musicalmente a su vibración personal.

El procedimiento está basado en una operación simple de matemática que conecta el signo zodiacal con los siete sonidos de la escala occidental.

La escala musical occidental debe ser complementada, es decir, ésta conformada por siete sonidos (do, re, mi, fa, sol, la, sí) y debemos ampliarla a nueve elementos con el uso de los signos secundarios del lenguaje sonoro como el sostenido y el bemol (llamados alteraciones),   que afectan subiendo o bajando la entonación de estos.

Elementos conectados enriquecen el sistema y son siete colores y los siete días de la semana

Existen otros elementos que enriquecen el sistema y son  siete colores y los siete días de la semana.

Solo falta los siete arcángeles que complementan la propuesta de orientación. El orden sugerido de los arcángeles e integrados a los días de la semana es el siguiente: Miguel (domingo),   Jofiel (lunes),   Samuel (martes), Gabriel (miércoles), Rafael (jueves),   Uriel (viernes) y Zadquiel (sábado)

Resumiendo: Siete sonidos, siete colores, siete arcángeles  distribuidos según los días de la semana conforman una secuencia de elementos que  bajo la óptica del número siete  y, finalmente, vinculados a los siete chacras (Centros de Intelección) conforman un sistema sanador y armonizante de cuerpo-mente y, por qué no, también del alma, componentes innatos de los seres,   cuya posibilidad de mantenerlos en perfecto ritmo conduce a su tranquilidad. Ésta a su vez, genera el poder suficiente para la reflexión y la paz espiritual, herramienta valiosa en el arte de la predicción.