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¿Es posible que todas las personas seamos "iguales" ante la ley? ¿Es posible que tengamos todos los mismos derechos y obligaciones? ¿Llegará algún día en el que un servidor público sea uno más entre nosotros?
En nuestra sociedad española, desde que yo recuerdo, siempre las personas poderosas, políticos o no, han tenido un trato de favor de la sociedad y de las autoridades.
Me refiero no solo a que tengan chófer (que puede ser algo normal por su seguridad) si no a que tienen abiertas todas las puertas en plan gratis y tienen la deferencia de todas las personas que les rodean y con los que pueden tratar... viven en una realidad paralela.
Nunca se ensucian los zapatos porque siempre andan de moqueta en moqueta.
Puedo entender que sean cuidados y respetados por su cargo, pero lo que no logro entender es cómo llegan a ser prácticamente intocables.
En verdad, ¿quién es el culpable de que esto suceda? Lo curioso, realmente, es que llegas a la conclusión de que los culpables son ellos mismos, que legislan y logran una serie de privilegios y prebendas que los demás no podemos ni imaginar, ni pagar, ni conseguir pagando si es que pudieramos...
Todos ellos se protegen de todas las formas posibles, y no hablo sólo de la seguridad ante avalanchas de personas que quieren saludarles, tocarles y hablarles como si fueran uno de ellos, hablo de cierta impunidad legal, de las ventajas que tienen frente a cualquier ciudadano en su día a día.
Por supuesto que tienen "reserva perpetua" en cualquier restaurante, hotel y zona vip de aeropuerto y estación de trenes y cualquier otra modalidad de privilegio en las colas que a veces hay que hacer, por ejemplo para alquilar un coche, para subir a un telesilla de esquí y jugar al golf...
No tienen que coger un metro, ni un autobús, no repostan, ni llevan a revisar sus coches cuando les toca, ni pasan la ITV.
No tienen que ir a comprar, ni tienen que guisar, ni lavar ni fregar, lo tienen todo hecho en su momento adecuado. Y cuando quieren están salvados de la gente, y cuando quieren se dan baños de multitudes pero de masas afines y controladas, que no están para disgustos.
En cualquier caso, hay que pensar también que la culpa de su popularidad y fama y su creciente vanidad la producimos los demás.
Quiero decir que si a estos personajes poderosos no les hicieramos caso, ni les prestaramos tanta atención, llegaría un momento en el cual tendrían que bajarse del pedestal e ir de normales por el mundo.
¿Para cuando eso de pagar en un restaurante de moda? Estas personas no llevan dinero...aunque parezca alucinante..es super cómodo y muy relajante, todos los gastos los tienen pagados..oleeee
¿Quién les hincha el ego? Nosotros, los demás... con nuestros aplausos y vítores hacemos que se sientan más grandes de lo que son. Además, todos nos acercamos a los poderosos a ver si sacamos algo de ganancia, por lo cual somos culpables y lameculos además...
¡Amigos!...Somos todos iguales ante la Ley...un bonito sueño democrático
Hay que entender que gran parte de la culpa la tienen las televisiones y las radios, la prensa, o sea, todos los medios de comunicación, pues se retroalimentan unos a otros y se dan vidilla. Los medios necesitan información y el poder necesita a los medios...
Imaginemos que la importancia que les damos a nuestros poderosos políticos, se la diéramos a los médicos, a los cirujanos, ingenieros... por ejemplo, en vez de al poder... supongo que con el tiempo se tendrían que bajar del machito y ser normales.
Entonces los veríamos en la cola del metro, en la caja del super y en la cola del cine, de pie como todos y esperando su turno... eso sí sería democracia.
Nosotros mantenemos a los políticos para que hagan un trabajo, no para estar siempre a sus pies y haciéndoles la ola. Han logrado una constante atención mediática como es también normal y les mola ser importantes... pero en demasía... el ego les ha crecido mucho.
Ellos solitos se harían la pelota unos a otros y con ellos mismos se cerraría el círculo vicioso y a volar, y nosotros a exigir que cumplieran lo prometido, lo que prometen en sus arengas y en sus papeles mojados de sus "buenistas y falsetes" programas electorales, siempre incumplidos sin consecuencia ninguna para ellos.
Buen negocio, llego al poder prometiendo la luna, no llego ni a Chinchón pero no pasa nada...ya sabemos que sólo son palabras... ¿NO? Pues no debería de ser así en absoluto.
Deberían de cumplir lo prometido y escrito y, si no, explicar el porqué de su fallo, igual que todos nosotros explicamos el por qué no está acabado el trabajo que nos manda el jefe y alguna vez no cumplimos a tiempo o no sabemos hacer correctamente.
Y claro, decidnos cuando van a lograr acabar o empezar a hacer lo que han prometido y no han hecho, y cual es el plazo de entrega.
Y ya si eso, si lo hiciesen bien, les enviaríamos una Cesta de Navidad sencillita, como las nuestras (quien las tenga) para agasajarles.
Oleee... eso me gustaría... Esa si que sería LA NUEVA NORMALIDAD DEMOCRÁTICA. Eso sería un sueño inalcanzable hoy x hoy.
Como dice el humorista... ¡¡¡Hoy no, Mañana!!!...