Pedro TellezJUNIO 23 DE 2016, 11:11 AM
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El Estado no se reduce al aparato represivo, comprende instituciones de la sociedad civil. Louis Althusser sistematizará los elementos de la sociedad civil. Denomina Aparatos Ideológicos del Estado (AIE) a cierto numero de instituciones que funcionan esencialmente en base a la ideología y no en forma de violencia, mencionando los siguientes: "Los AIE religiosos (el sistema de diferentes iglesias). Los AIE escolares (el sistema de diferentes escuelas públicas y privadas). Los AIE familiares. Los AIE jurídicos. Los AIE políticos (el sistema político del que se hacen parte los diferentes partidos). Los AIE sindicales. Los AIE de la información (prensa, radio, TV, etc). Los AIE culturales (las Letras, las Bellas Artes, deportes, etc.)".Ninguna clase puede en forma duradera mantener el poder del Estado sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los aparatos ideológicos: "Los Aparatos ideológicos del Estado pueden ser no solamente la encrucijada sino también el lugar en el que se libra una lucha de clases y a menudo en forma muy encarnizada".Ralph Miliband difiere en este punto: "Llamar a todas estas instituciones Aparatos Ideológicos del Estado se fundamenta en, o al menos provoca, una confusión entre poder de clase y poder de Estado, diferencia que es importante mantener. El poder de clase es el poder general y omnipresente que una clase dominante (dando por supuesto, para los fines de esta exposición, que sólo hay una) ejerce con objeto de mantener y defender su predominio en la sociedad civil. Este poder de clase se ejerce a través de muchas instituciones y organismos. Algunos de ellos están destinados primordialmente a ese objetivo, por ejemplo, los partidos políticos de la clase dominante, los grupos de interés y de presión, etc. Otros no pueden estar destinados específicamente a ese objetivo, aunque lo sirvan, por ejemplo, las iglesias, las escuelas, la familia. Pero estén o no destinados a ello, son instituciones y organismos a través de los cuales la clase dominante pretende garantizar su hegemonía. Ese poder de clase es impugnado generalmente por un contra-poder, el de las clases subalternas, con frecuencia a través de las mismas instituciones, pero también a través de otras diferentes".Los diputados en la OEA traicionarán a su patria, pero no a su clase socialTenemos contra el pueblo a la Conferencia Episcopal, las escuelas privadas, los partidos de la Cuarta y sus mutaciones, los sindicaleros, canales nacionales, y extranjeras en cable como CNN, etc. El pueblo les enfrenta con sus AIE de la Revolución, vino nuevo en odres viejos, y las nuevas instituciones: las escuelas bolivarianas y misiones educativas (Robinson, Ribas, Sucre), universidades Arbol (Asociación de Rectores Bolivarianos), el Tribunal Supremo, los trabajadores bolivarianos, las vocerías del poder popular, los partidos del GPP, especialmente el PSUV (el partido más grande del país), y los medios públicos y alternativos, internacionales como TeleSur y RT.Hoy por hoy se libra una batalla en cada uno de los AIE, especialmente los públicos: una lucha de clases en las familias, las escuelas, los sindicatos y los medios de comunicación. El Estado revolucionario se tambalea porque no se ejerció la hegemonía sobre todos los AIE. Estamos a tiempo.Complementando el análisis: el poder de la clase dominante quiere recuperar el Estado a través de los AIE, usándolos contra el Estado. Es decir, el poder burgués perdió espacio en la sociedad política y los aparatos represivos. Ahora su ejército son los marines. La clase burguesa es internacional y a través de sus AIE de dentro y fuera, y de los gobiernos derechistas de la OEA, actúa en contra del Estado venezolano.El Plan Cóndor renace de sus cenizas. El poder de clase no tiene fronteras, por eso la Asamblea "Nacional", su directiva, pide la intervención foránea, su "carta" bajo la manga. Esto no es nuevo: desde la Revolución Francesa todas las revoluciones (rusa, china, cubana o nicaragüense) han enfrentado distintas formas de intervención: desde la Santa Alianza hasta la Contra porque las clases sociales dominantes del mundo están unidas. Los diputados en la OEA traicionarán a su patria, pero no a su clase social.