Pedro Sánchez y Carles Puigdemont mantuvieron un encuentro discreto en Barcelona el pasado día 25 de agosto, un día antes de la multitudinaria manifestación por los atentados de Catalunya. Fue el primer encuentro bilateral entre ambos dirigentes desde que el socialista fue reelegido secretario general. Sánchez había manifestado su voluntad de reunirse con el presidente de la Generalitat.

En ese encuentro abordaron la situación en Catalunya y ambos manifestaron sus puntos de vista ante el 1-O sin que se acercaran posiciones, según adelantó el periódico La Vanguardia. Ambos dirigentes decidieron no hacer pública la reunión.

Ferraz negó que esa reunión hubiera existido cuando eldiario.es preguntó hace una semana al tener noticia del encuentro. Las fuentes oficiales se remitieron entonces a la participación de Sánchez en una cena con otros dirigentes políticos y miembros de la sociedad civil catalana en casa de Pere Portabella. A aquella cita, que fue el 21 de agosto, acudieron tanto Puigdemont como Oriol Junqueras.

La comida de Sánchez y Puigdemont se produjo un día antes también de la cena que protagonizaron Pablo Iglesias, Xavier Domènech y Junqueras en casa del empresario Jaume Roures. El PdeCat criticó esa reunión mientras que el PSOE mantuvo perfil bajo ante el encuentro del líder de Podemos con el de ERC.

Podemos, En Comú y ERC aseguraron que la cena entre los dirigentes de los tres partidos no sirvió para acercar posturas respecto al 1-O, sino que cada uno mantuvo sus posiciones. En el PSOE también destacan que Sánchez defendió su posición. Una semana después el PSOE propuso una comisión de estudio del modelo territorial en el Congreso como vía para entablar el diálogo que pueda desatascar en conflicto. ERC ha rechazado formar parte de ese órgano parlamentario mientras que PdeCat lo ha aceptado.