Utopías y Lógicas

Un nuevo paradigma de solidaridad social

La pobreza está creciendo mucho y la corrupción también, ambos flagelos son terribles para la paz, el trabajo y el bienestar de Venezuela. Un ser humano sin trabajo no puede comer y mantener una vida sana; cada vez que un jerarca de un gobierno corrupto se roba un bolívar del presupuesto o permite que una burocracia corrompida y ladrona lo haga, está dejando a alguien sin trabajo, sin seguridad social y con mala calidad de vida. Y si “para colmo” esto forma parte de la filosofía del proceder de nuestro gobierno, el cual se basa en su orientación leninista (o fascista para algunos), lo cual es típico en el proceder militaristas de nuestras dictaduras, con seguridad que su conducta (la del gobierno) se va a soportar cada día más en las expropiaciones, agresiones, corrupciones, mentiras y engaños, con lo cual jamás se logrará eficacia y gerencia eficiente; la consecuencia siempre será: malos servicios públicos, delincuencia de todo tipo, daño a la empresa privada y a la economía, deterioro de los bienes públicos por falta de mantenimiento y peor calidad de vida; las ciudades perderán su ornato, esplendor y gobernabilidad; el ser humano se irá despersonalizando de valores y de principios éticos, abandonará la elemental educación y cortesía. La consecuencia más evidente: la gente se frustra o se atemoriza, o se vuelven egoístas y mezquinos. Resultado: nadie es feliz, no hay confianza en el futuro y se pierde la solidaridad humana y social.

Estamos atravesando un nefasto presente de pobreza (de todo tipo), con peligros “inimaginables”, y tenemos una vida saturada de angustias, carestías, inseguridades e injusticias de toda naturaleza. Esta situación en parte se debe a un engendro perverso de los “ñangarosos” para mantenerse en el poder ¿Qué hacer? Luchar, organizarnos mejor, concertarnos más, cambiar los métodos y actitudes egoístas, oportunistas, ambiciosas y codiciosas; hay que execrar las soberbias y desviaciones éticas de los últimos años, las cuales nos condujeron a este infierno de mala vida totalitaria, de un Estado forajido, sin poderes públicos autónomos, sin justicia y legalidad.

Hoy debemos llamar la atención a un sector importante de la sociedad ‘los empresarios, banqueros, productores y comerciantes’. Ustedes están llamados a actuar con más desprendimiento y accionar inteligentemente. El comunismo -al igual que el fascismo- no se detiene ante los que esconden la cabeza como el avestruz, o miran hacia el lado equivocado, siempre serán alcanzado por la larga mano de la codicia y la ambición. El comunismo y el fascismo utilizan a la pobreza como justificativo de sus maldades y perversiones, se afincan en un discurso cínico e hipócrita, los presentan a Uds. como “oligarcas que crean monopolios, oligopolios, producen escasez y explotan a los trabajadores”; con esa mentira o media verdad engañan a las masas y al proletariado (trabajadores). El fin de este gobierno es aplastarlos, expropiarles todo, arrodillarlos, vejarlos e inmovilizarlos. Mientras tanto ellos avanzan y se hacen ricos al saquearles sus propiedades, al poco tiempo secan lo expropiado o quiebran lo que tocan; resultado: Uds. perdieron y el pueblo también. Esta irónica verdad nos lleva a pedirle una reflexión, y una resolución, que los anime e impulse a crear un ‘nuevo paradigma de solidaridad social’; ese nuevo paradigma los va a enaltecer y será su mejor arma con la que se defenderán y resistirán al feroz ataque que está por venir, para aniquilar la propiedad privada.

Hay que desarmar al régimen de su discurso maniqueo y populista

Hay que desarmar al régimen de su discurso maniqueo y populista. La acción social directa o colectiva “ejecutada” por cada uno de los banqueros, empresarios, productores y comerciantes, es una lógica de combate democrático y social. Ustedes deben pararle más a la caridad cristiana y a la solución de los problemas sociales de sus trabajadores, y de las comunidades cercanas o relacionadas a sus empresas, ahí está “el nuevo paradigma de solidaridad social”, la sociedad emprendedora tendiéndolo la mano a la sociedad en pobreza o con mala calidad de vida; si cada banco, empresa, finca o comercio se desprende del 10% de su ganancia (después o antes de pagar el I.S.L.R.), y destina ese dinero a construcción de viviendas para sus trabajadores o mejoramiento de comunidades pobres -donde vivan sus trabajadores-, estarían acometiendo una acción social de un alto contenido moral, humano, y con un efecto de empatía de gran aceptación y penetración social. En 20 años habrá surgido una sociedad de bienestar y justicia social.

El nuevo paradigma de solidaridad social se convertiría, en el largo plazo, en un generador de progreso, dinamizador natural de la economía, bienestar y concertación social sustentable, trabajos (voluntario y/o nuevos empleos), y riqueza económica y social en todas las escalas de nuestros grupos sociales; el resultado sería muy pedagógico y aleccionador para el pueblo y dejaría desnudos a los malos y corruptos gobiernos; acabaría con la manipulación del comunismo-militarista, dejándolo sin argumentos; su demagogia se les devolvería para castigarlos en forma contundente y definitiva.

Juan de Dios Rivas Velásquez

C.I. N° V- 2.169.735.

Político, Presidente de Solidaridad Independiente, SI

Partido Humanístico Cristiano

Diputado de la Unidad Caracas

Estamos atravesando un nefasto presente de pobreza (de todo tipo), con peligros “inimaginables”

rvjuandedios@gmail.com

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