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Nada menos que el metafísico y paradójico viento del alma transfigurado en dialogo sensitivo. Naturaleza concebida íntimamente, del mismo modo como un budista tibetano -a través de la meditación- pretende llegar a Buddha como medio para la liberación de todos los seres. A partir de esto, la luz se hace y las cosas cobran significación dentro de los sentidos. La poesía es el comienzo de lo posible. Ambigüedad. Pluralidad de sentidos. Su subjetividad nutricia tiene la función de revelar el Yo-sujeto a los otros. La poesía, entonces, puede hacer comprensible las cosas. "Debe ser una realidad en sí, no la copia de una realidad exterior" como sostenía Huidobro. La poesía es habitar en el habla. Y el habla es entenderse. Re-decir como creía Heidegger. La poesía re- dice la realidad no para negarla, sino para decir su sentido primigenio. Al interpretar el mundo, el poeta abre un abanico de significados. Las cosas incluso las abstractas e imaginadas, así como las concretas, se vuelven significantes. Esto es solamente posible si el poema aspira a la verdad, aunque los negacionistas de la verdad y los amantes del relativismo, sostienen lo contrario ¿Es posible escribir un poema desprovisto de verdad? No creo. La poesía es tal vez la más alta creación humana, y como lo genuinamente humano -la música y el arte- apunta hacia lo verdadero. La poesía es sol. Energía luminosa que hace posible la purificación del mundo de los sentidos. La poesía es el puente entre lo físico y lo célico. Imposibilidad que sin embargo tiene la posibilidad de hacer real lo irreal en ese mundo inhóspito que es la página en blanco. Un acto en el que el poeta escribe en la soledad absoluta, y los que leen, leen en la soledad absoluta. Sin embargo, hay una extraña conexión no entre el autor y el lector, sino entre el lector y ese ser viviente que es la obra literaria. Un poema sin lector es una criatura huérfana.
La poesia es la semilla de la que brota el árbol de la vida, cuyo extremo toca el cielo. Neurosis. Esquizofrenia. Clarividencia. Ser y estar. Un Habitar poéticamente la tierra. O como bien lo dijo el poeta griego Odysseas Elytis la poesía simplemente es.