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La Pandemia, una excusa perfecta para dejar atrás lo que nos limita

28/04/2020 17:42 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

El coronavirus más allá de lo bien sabido, también trae consigo esperanzas de cambio de paradigma en algunos aspectos de nuestras vidas, cosas que en contextos normales seria muy difíciles de erradicar, es momento de dar pasos definitivos hacia adelante y no a los costados como veníamos haciendo

La pandemia del coronavirus dentro de todo lo malo que genera en una variedad infinita de estratos de nuestra vida cotidiana, al final podría llegar a ser la “excusa” perfecta para dejar atrás muchos elementos que ya son atemporales para la realidad socioeconómica en la que nos manejamos, y que siguen vigentes, quizás por el apego que le tenemos debido a uso monopólico en una franja temporaria muy muy amplia de nuestra historia, sumado a otros motivos que no especifico pero que sin duda también existen. Un ejemplo claro de lo que les hablo es: el papel moneda, algo que por mucho tiempo fue la piedra angular de la economía mundial, esta sirvió y se brindó para fortalecer las bases de lo que hoy conocemos como sociedad. Quizás por su simplicidad en su uso y por lo tangible que es, siempre lo consideramos como la opción más potable para realizar nuestras actividades económicas, independientemente al ámbito que sea y el nivel social de la persona que lo realice. Bueno, esto por lo menos hasta inicios de este siglo, que sin duda fue un punto de inflexión de la humanidad que vio la llegada de nuevas tecnologías que se podían considerar superiores a las que se venían utilizando, incluyéndose en el ámbito del papel moneda. Estas nuevas tendencias dejaban en ese momento ciertas dudas acerca de la implicancia de esta, dentro del movimiento monetario a futuro, cosa que se terminó confirmando con el correr de los años, relegándolo a una valoración complementaria de la actual economía, no obstante, sigue en pie, pero creo que más bien por lo que fue, más que por lo que es. Por lo general, todas las personas tendemos a tener cierta animadversión a los cambios, nos negamos a vivir de manera diferente a la que veníamos haciendo y aprovechándose de esa característica humana, los billetes y monedas siguen campantes entre nosotros, aunque ello implique actualmente, por la realidad en la que vivimos, ponernos en riesgo.

Se cree que el COVID-19 se propaga principalmente por el contacto cercano de persona a persona a través de gotitas respiratorias. Mencionadas gotas pueden quedar en el aire hasta horas después de ser expulsada por el portador, dependiendo de las condiciones climáticas del lugar, en todo caso, y sin importar el tiempo que se encuentren en el aire las conductoras del virus, estas se estacionan y pueden quedar impregnadas en diferentes superficies. Al ser los billetes y monedas artículos de altísima exposición, tanto al ambiente como a las personas, específicamente en los sectores vulnerables de la población (la gran mayoría) se convierten en potenciales transportes a gran escala del mencionado virus, y cuanto menos por ahora deberían de ser abolidos. Se sobre entiende que para que esto funcione, la estructura social deberá de cambiar radicalmente, y para ello se necesitaría el compromiso de los gobiernos, el sector empresarial, y el común denominador de la gente misma, todos ellos deberán de comprender esto como un paso adelante, cosa que creo llevará tiempo. En primera instancia el cambio de paradigma seria en pos a medidas de seguridad contra el virus, pero en el caso de que nos demos cuenta que es algo totalmente reemplazable, ¿qué nos detiene a hacerlo permanentemente?  

No se trata de una caza de brujas injustificada contra el papel moneda, ni contra otro artefacto que se puede considerar viejo, de hecho, pueden seguir sirviendo de alguna manera, un ejemplo de ello es el fax, que, a pesar de ser inventado en 1842,  todavíaesrelativamente común en Japón, y otros países, donde empezó a popularizarse en la década de 1970, esto claro por su practicidad, principalmente.

El que nos ponga en peligro, es una demostración contundente de que existen limitaciones dentro de la característica de esta tecnología, que la convierten en desfasada.

 Seguiré con los ejemplos: en este caso lo que sucede en mi país, Paraguay, un lugar en donde la situación económica nunca fue buena, y más aun con la realidad pandémica, esta, obligó al gobierno a parar prácticamente todas las actividades del país, dejando sin que comer a más del 70 % de la población, que antes de todo esto se ganaba la vida de lo que podían juntar diariamente. El sistema sanitario paupérrimo dejo sin opciones a los gobernantes, implementando así, la cuarentena obligatoria mucho antes que otros países de la región, el sistema de mitigación tuvo un alto nivel de eficiencia, principalmente por el acatamiento de la población, pero todo esto trajo sub consecuencias devastadoras para muchos. Pasaron las semanas y el problema financiero de las familias se volvió prioritario, muchos amenazaban con salir, inclusive siendo conscientes que el virus esperaba ahí afuera, por ello en los estratos más altos plantearon una serie de soluciones para mantener estable a la economía, una de ellas fue el endeudamiento (una vez más), un plan para paliar lo momentáneo y que posteriormente se vean nuestros hijos y sus hijos, una práctica muy paraguaya, en fin, volviendo al tema, dichas acciones permitieron el pago de una serie de subsidios a los sectores más necesitados. Se abrió el periodo de inscripción y como era de esperar millones de personas se anotaron, en esa etapa aún no quedaba claro cómo se efectuaría el pago, días después del cierre del periodo de inscripción salieron voceros del presidente de la nación, a recalcar entre otras cosas, la manera que se efectuaría el pago, para sorpresa de muchos se decidió hacerlo a través de billeteras electrónicas proporcionadas por telefonías, que dicho sea de paso existían hace mucho tiempo antes que esto. Al principio como era de esperar genero rechazo de una población que por su forma de vivir estaba demasiado arraigada al papel moneda, para ellos no era un simple papel, eran sus compañeros de lucha, significaban seguridad, alimento para los suyos, y de repente se vieron obligados a utilizar un extraño tipo de monetización que estaba dentro de sus teléfonos, ¿saben algo? De que esto sucedió ya paso más de un mes, y lo que representaba una manera incomoda y antinatural de portar dinero se volvió el modo preferido de la gente común, gracias a ella muchos descubrieron que se puede mandar dinero a la distancia, por medio de un botón, algo utópico para el anterior formato. Que también se puede proteger de manera más eficiente nuestro dinero, que el cargarlo no representa tanto estrés como lo era antes, todo esto, sin tener en cuenta la seguridad para nuestra salud gracias a su presentación digital.

 Las enseñanzas que nos deja todo lo vivido es que no hay mal que por bien no venga, y que principalmente a veces necesitamos un pequeño empujón en contra de nuestra voluntad para dar pasos hacia adelante. Sé que se dijo en otro contexto, pero del libro “El Principito” aprendimos que lo esencial es invisible a los ojos, algo que se puede ajustar exactamente al caso mencionado. Debemos de buscar siempre las alternativas más inteligentes para la realización de cualquier tipo de actividad, anteponiendo siempre el bienestar de los demás, la empatía es el camino que nos llevará al siguiente nivel, y las pruebas están a la vista.


Sobre esta noticia

Autor:
David Cabañas (3 noticias)
Visitas:
14857
Tipo:
Opinión
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