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Habrá ingreso gratuito para todos como parte de la celebración
El Museo de Antioquia fue el primero fundado en Antioquia y el segundo en Colombia
Empezó como un gabinete de curiosidades para evolucionar hacia un museo que guarda gran parte del patrimonio artístico del departamento
El Museo realiza un promedio de seis exposiciones temporales por año con artistas y temas nacionales e internacionales
El Via Crucis de Botero, el arte carnal de Orlan y una retrospectiva de Oscar Muñoz entre las exposiciones del próximo año
El próximo martes 29 de noviembre el Museo de Antioquia celebrará sus 130 años y abrirá sus puertas a toda la población para celebrar trece décadas de trabajo. El Museo quiere aprovechar este momento para recordar una historia que llena de orgullo a sus gestores.
En 1881, el doctor Manuel Uribe Ángel, Antonio José Restrepo (Ñito Restrepo) y el Coronel Martín Gómez se dieron a la tarea de crear el Museo de Zea, para integrarlo a la Biblioteca del Estado Soberano de Antioquia, con el fin de convertirla en una entidad representativa de los intereses educativos y culturales de la comunidad de la época.
Las primeras colecciones del Museo se conformaron con objetos de valor histórico, artístico y bibliográfico, pertenecientes a sus fundadores. Como emulación de los ‘Gabinetes’ (nombre con que se dieron a conocer las exhibiciones públicas que dieron origen a los museos), estas obras fueron expuestas para que el público diera rienda suelta a su imaginación y se complaciera con las curiosidades que representaban algunos de los objetos.
El patrimonio estaba representado en objetos como documentos, armas, banderas y otros que provenían de importantes momentos históricos de Antioquia y del país, desde la Independencia hasta la Guerra de los Mil Días. También contaba con piezas de arte precolombino, rocas, minerales, colecciones numismáticas, algunos retratos de próceres y otros objetos curiosos. La Biblioteca contenía varios cientos de volúmenes, entre históricos, artísticos y científicos, muchos de ellos incunables.
Cuando el Museo se desmontó para dar paso a la construcción del Palacio Rafael Uribe Uribe, como sede de la Gobernación de Antioquia, parte de las colecciones fueron guardadas y otras fueron enviadas a la Universidad de Antioquia y la Academia de Historia de Antioquia, entidades que aún las conservan al servicio de la comunidad.
El siglo XX
En 1946 doña Teresa Santamaría de González y el doctor Joaquín Jaramillo Sierra, del Cuadro de Honor de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, se dieron a la tarea de reabrir el Museo, argumentando que ‘no es posible que una ciudad tan importante como Medellín, no tuviera un museo para mostrarle a los turistas, pues ello constituía un signo inequívoco de incultura’. Se buscaba adoptar una figura jurídica que le diera autonomía al Museo e impidiera que gobierno alguno lo cerrara. Así se constituyó el Museo como entidad de derecho privado, sin ánimo de lucro, para que la institución sólo dependiera de una Junta Directiva, como organismo máximo rector.
Poco a poco se fue creando un museo artístico, paralelo al histórico, con obras donadas y compradas, para aumentar las colecciones en cantidad y calidad.
En 1955 el Museo contó por fin con una sede destinada únicamente a su funcionamiento, en el espacio donde antes funcionara la primera Fábrica de Aguardiente y posteriormente, la Casa de la Moneda. Esta sede (hoy Casa del Encuentro, contigua a la iglesia de La Veracruz) fue entregada en comodato por el Banco de la República, cuando éste se trasladó a Bogotá. El Municipio de Medellín fue el ente encargado de recibir la edificación, para uso exclusivo del Museo.
En 1953, el Museo recibió de la Gobernación su personería jurídica. Desde entonces funciona como entidad autónoma y soberana para regir su destino.
Cambio de nombre
En 1977 el Museo cambió de nombre. En esta oportunidad pasó a llamarse Museo de Arte de Medellín, Francisco Antonio Zea. La razón del cambio obedeció a la necesidad de evitar confusiones en la comunidad local e internacional que lo visitaba: los turistas no entendían el significado de Zea y los locales lo confundían con el Museo de Cera, entidad itinerante que estuvo por una larga temporada en la ciudad.
En 1978 el maestro Fernando Botero hizo su segunda oferta de donación de obras a la institución. Por la poca trascendencia que tenía su razón social, propuso que se llamara Museo de Antioquia, para darle una identidad importante y relacionarla con la cultura del Departamento. El cambio fue aceptado por la Gobernación de Antioquia. Se expidió una resolución en ese sentido, con el argumento de que la entidad es autónoma en la totalidad de los manejos, incluido su cambio de nombre, si esto se consideraba necesario.
La llegada de las obras del maestro Fernando Botero, en 1984, se convirtió en uno de los mayores acontecimientos culturales del momento.
La nueva sede
En la década de los 90 Botero ofreció una nueva donación, condicionada a la búsqueda de un nuevo edificio para el Museo, que diera cabida a su legado, a cientos de obras de la colección que por falta de espacio no podían ser exhibidas, y a otras que pudieran exhibirse temporalmente.
Después del análisis de varias opciones, se escogió el antiguo Palacio Municipal como el lugar más adecuado, dado su generoso espacio, sus valores arquitectónicos y la cercanía con el sector tradicional del Museo. La unión de la voluntad política del gobierno, tanto municipal como departamental, y de empresas y diferentes instituciones de la ciudad, permitieron la adecuación del edificio y de su entorno. En 2000 se inauguró la nueva sede del Museo, la cual fue visitada por miles de personas durante los meses siguientes.
La renovación espacial también implicó una renovación museográfica y de servicios: se elaboró un nuevo guión, que relata la historia del arte antioqueño y colombiano, desde la época colonial a la contemporánea; se renovó la oferta de servicios con un café, un restaurante, parqueadero, guardarropa, tiendas de artesanía y diseño, zonas de descanso, taller de conservación y restauración, alquiler de obras, salones y auditorios, acompañados de espacios tradicionales como la tienda de arte y la Biblioteca Jaime Hincapié Santamaría.
De igual modo, el Museo de Antioquia se comprometió con la comunidad reforzando su compromiso educativo y recreativo, a través de la programación de actividades culturales, académicas y pedagógicas que, en la mayoría de los casos, están asociadas a las exposiciones temporales que ofrece con regularidad.
El edificio
La actual sede del Museo de Antioquia corresponde al edificio construido inicialmente como Palacio Municipal de Medellín; fue diseñado por H. M. Rodríguez e Hijos, oficina de los arquitectos Horacio y Martín Rodríguez, quienes ganaron el concurso promovido por la Alcaldía y el Concejo Municipal. El terreno lo adquirió el gobierno departamental el 17 de septiembre de 1927, ubicado en la carrera Carabobo entre Calibío y la Avenida Primero de Mayo. La construcción se inició en 1928 y se inauguró el 12 de octubre de 1937, cuando aún no estaba concluida la obra.
Según el arquitecto Luis F. Barrera M. ‘es un edificio de tres pisos con semisótano formado por cinco naves que conforman dos patios rodeados de corredores y separados por la nave central, que con el volumen de acceso, marcan el eje de simetría del edificio. La fachada está constituida por un aporticado que envuelve el edificio en todo su perímetro y entre el cual van enclavados los vanos.
‘Se destaca la obra artística representada en la pintura mural del maestro Pedro Nel Gómez, donde plasmó el fiel retrato de imágenes concebidas con el más depurado arte antioqueño. Los murales al fresco tienen temas alusivos al trabajo, a las fuerzas vitales del Estado, a las costumbres, tradiciones y fuentes de riqueza de los antioqueños."
Este edificio fue declarado Bien de Interés Cultural de carácter nacional según el Decreto N° 1802 del 19 de octubre de 1995. En el año 2000 se inauguró como nueva sede del Museo de Antioquia, después de un arduo trabajo de readecuación espacial, acompañada de una intervención del entorno urbano, tendiente a la construcción de la Plaza Botero, la cual alberga parte de la donación que este artista antioqueño legó a la ciudad.
Algunas de las exposiciones de los últimos años
Destierro y Reparación
15 de septiembre a 16 de noviembre de 2008
España, encrucijada de civilizaciones
4 de diciembre de 2008 a 15 de febrero de 2009
Grabados de Picasso
9 de junio a 9 de agosto de 2009
Cano, ante tus ojos
3 de diciembre de 2009 a 10 de abril de 2010
Colombias, 200 años
9 de septiembre a 14 de noviembre
El río. Luis Fernando Peláez
24 de noviembre de 2010 a 24 de abril de 2011
Antoni Muntadas
7 de mayo a 9 de agosto de 2011
Algunas de las exposiciones para el 2012
Fernando Botero, Via Crucis: La pasión de cristo
El maestro Fernando Botero trae a Medellín su serie sobre el viacrucis para ser expuestas en el Museo de Antioquia. La serie está conformada por oleos de gran tamaño y otras piezas en técnica mixta sobre papel en las que el artista colombiano representa su visión sobre la angustia y el dolor de Jesús.
Historia de Colombia a través de la Fotografía 1842-2010
Esta exposición es un recuento de la historia de Colombia a través de imágenes, donde la foto sirve como fuente histórica, y el conjunto de la exposición ofrece un ensayo visual sobre la historia del país. El tema de la exposición no es la historia de la fotografía, sino la historia de Colombia en las imágenes fotográficas. Fue curada por el reconocido historiador Malcolm Deas, comisionado por la Fundación Mapfre.
Protografías. Oscar Muñoz
La exposición Protografías reúne obras de casi 40 años de producción de Muñoz. Por más de tres décadas, Óscar Muñoz ha desarrollado una importante obra plástica en torno al estatus de la imagen en relación con la memoria. Considerado como uno de los artistas contemporáneos más significativos en Colombia, su trabajo ha captado también la atención de la escena internacional. La obra de Muñoz desafía la caracterización mediática, moviéndose libremente entre la fotografía, el grabado, el dibujo, la instalación, el video y la escultura, borrando las fronteras entre estas prácticas a través del uso de procesos innovadores.
Orlan, Arte carnal
La muestra está compuesta por fotografías y videos que condensan el Arte Carnal de ORLAN. Su obra no es algo que se desprende de su vida misma (divisa que los artistas de la década de los setenta pusieron en marcha con los perfomances), sino que hace cuerpo con ella, la artista, hace de su cuerpo un lugar de experimentación plástica donde la anatomía es materia y soporte estético. El cuerpo se interviene en todo sentido, gramatical y quirúrgicamente para generar otra anatomía, otro cuerpo a venir.
Carmen Elisa Chaves
Comunicaciones Museo de Antioquia
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