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Recomiendo leer este libro en un lugar como Casacoima, una casona colonial del siglo XVIIIconvertida actualmente en la sede de la Corporación Portugueseña de Turismo, que se encuentra en Guanare, ciudad natal de la autora. Foto: Joana VidalMuerte en el Guairees un libro que puede enmarcarse dentro del género de la novela negra. Con un estilo epistolar, los personajes principales se adentran en una serie de muertes misteriosas, al tiempo que describen el contexto político y social en el que se desarrollan los hechosCuando supe que a Raquel Rivas Rojas, mi prima de la vida (porque nuestra sangre no tiene nada en común), le publicarían una novela, no pude contener las ganas de tenerla en mis manos para leerla. Sigo a Raquel en sus blogsNotas para ElizayCuentos de la Caldera Estey siempre me ha gustado su estilo de narrar.Lo primero que quiero destacar es queMuerte en el Guaireestá escrita con un estilo epistolar; son cartas que escribe una amiga que está en Venezuela, Serenella, a otra que está en Londres, Olga. Eso me encantó porque no recuerdo haber leído una novela así: me hizo sentir más cercana a la historia, ¡estuve dentro de la conversación de dos amigas!A través de sus cartas, Sere cuenta los recientes sucesos de la ciudad donde vive, "para que no me dejes olvidar que esto es un horror": han aparecido una serie de muertos, siete para ser exactos, flotando en el río que atraviesa la ciudad, el Guaire. Los primeros cinco no pudieron ser identificados, pero los dos últimos tienen nombre y apellido, y, por tanto, dolientes. Es aquí donde entra la tercera amiga, Patricia, quien al igual que Sere y Olga, es periodista pero que, a diferencia de ellas, está ejerciendo su profesión. Patty ha estado tratando de vincular los cadáveres que la prensa no había reseñado, hasta que aparece el de Antonio Peralta (Toñito), reclamado por su mamá, y el de su amigo Carlos Ramírez (Charly). A los muertos del Guaire se suma la desaparición de Mariela, la novia de Toñito.
Coima Café, dentro de Casacoima, es un lugar muyacogedor que se presta para adentrarse en esta novela venezolana. Foto: Joana VidalA partir de este momento surgen los policías: el Comisario Ferrer, quien ayuda a Patty con las pistas, y Gutiérrez, encargado de levantar los primeros cadáveres. También se presenta el malo: Méndez Gabaldón, un matón que amenaza a Lena, la patóloga responsable de las autopsias de los muertos del Guaire. Y la defensora: Natalia, abogado, quien dirige una ONG y que apoya a la mamá de Toñito en su labor de descubrir lo que pasó con su hijo. Y la pesada del gobierno: Celia Salas, alias La Mapanare, quien a pesar de su poder tiene que recurrir a los sencillos Ferrer y Gutiérrez, adversos a sus convicciones políticas, para que la ayuden con la desaparición de su sobrina Mariela.La realidad venezolana da contexto a lo narrado en las cartas. Sere va y viene entre el hilo central de la historia, los muertos del Guaire, y lo que pasa a su alrededor desde el punto de vista social y político. A lo largo de la conversación se pueden apreciar los problemas que se producen al asumir una posición con respecto al gobierno: división en la sociedad, despidos, abusos de poder, enfrentamientos, protestas...Me adentré enMuerte en el Guairepensando en las novelas deAgatha Christie(las que devoré junto con mi papá), que, hasta donde alcanza mi comprensión, se catalogan dentro delgénero policíaco. Sin embargo, cuando leí lareseña que hicieron de este libro en el diario El Nacionalvi un término poco conocido para mí: "novela negra". Al indagar, entendí que esta novela de Raquel, que se encuentra dentro de este género, va más allá de la resolución de un crimen, pues trata de mostrar todo el contexto social que lo enmarca, tal y como comprobé al terminar su lectura. Ella misma lo dice en una parte de su novela: "Pero la tragedia de lo que nos pasa va más allá de un título evocador de las muertes elegantes que imaginaba Agatha Christie, la dama inglesa del crimen. No hay nada que sea glamoroso en nuestras masacres". Así que no esperen encontrar un final a lo Christie, pero sí una excelente "historia con muerto", como dice Raquel, al mejor estilo venezolano.
Torta de chocolate y café es una buena combinación para acompañar aSere en la narración de estos sucesos escalofriantes. Foto: Cecilia Gómez MilianiNota importante: la encuadernación del libro no es muy buena. Se deshoja muy fácilmente. Además, a mi ejemplar en particular le faltaron 4 páginas (de la 145 a la 148). Mi tío Alonzo (papá de Raquel) me prestó el suyo para fotocopiarlas y tenerlas porque, siendo casi las últimas de la historia, es imperdonable que no estén.El fragmento:"Por eso es que se dice que aquí no hay manera de imaginar un misterio. La pregunta clásica de todo policial, esa pregunta que parece el título de una novela de Vargas Llosa - ¿Quién mató a Antonio Peralta?- es una pregunta ociosa entre nosotros. Porque todo el mundo sabe quién lo hizo. Aquí no hay que devanarse los sesos con este tipo de dilemas. Basta con encontrar a alguien que quiera hablar. Y con demasiada frecuencia quien quiere hablar es el mismo que cometió el crimen. Somos tan habladores, tan echones, tan retorcidamente exhibicionistas, que la confesión espontánea echa a perder todo el suspenso".La autora:Raquel Rivas Rojas nació en Guanare, Venezuela (1962). Es Licenciada en Comunicación Social (Universidad Central de Venezuela, 1985), Magíster en Literatura Latinoamericana (Universidad Simón Bolívar, 1992) y PhD en Estudios Culturales Latinoamericanos (King`s College London, 2001). Entre 1995 y 1997 fue investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) y entre 2002 y 2004 coordinó el Postgrado en Literatura de la Universidad Simón Bolívar. Fue profesora titular del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar hasta septiembre de 2008. Ha publicado varios libros de ensayos, artículos en revistas arbitradas, así como un volumen de cuentos, El patio del vecino(Editorial Equinoccio, Caracas. 2013). Su libroNarrar en dictaduraobtuvo el Premio de Ensayo de la Bienal José Antonio Ramos Sucre en 2009. Actualmente mantiene dos blogs Notas para Eliza y Cuentos de la Caldera Este.