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Rechazamos en todas y cada una de sus partes el proyecto de Ley Orgánica de Educación aprobado en Primera Discusión por la Asamblea Nacional
MANIFIESTO DEL FRENTE INSULAR (NUEVA ESPARTA) POR LA DEFENSA DE LA EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA.
Quienes suscribimos el presente documento, ciudadanos y ciudadanas que hacemos vida en la región, sin distingos de clases sociales, de colores partidistas, de gremios, de profesiones, de Asociaciones, de Sindicatos, unidos ante la amenaza de la confiscación del derecho a elegir la educación que queremos para nuestros muchachos, a la poda del libre pensamiento mediante el sistemático adoctrinamiento en los valores parciales de la trilogía Estado-Gobierno y Partido y de un régimen basado en la exclusión, de manera responsable y en el pleno ejercicio de nuestros derechos civiles y sociales, RECHAZAMOS EN TODAS Y CADA UNA DE SUS PARTES EL PROYECTO DE LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN APROBADO EN PRIMERA DISCUSIÓN POR LA ASAMBLEA NACIONAL.
Dicho proyecto de Ley lejos de ser el desarrollo de los principios y la normativa contenidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y que rigen la materia educativa, es una Ley Marco que delega a las leyes especiales y a los reglamentos y resoluciones ministeriales los aspectos esenciales de la estructura y funcionamiento de la educación venezolana, lo cual crea un vacío legislativo de proporciones abismales al derogarse la Ley Orgánica vigente.
Plantea el proyecto un Estado Docente interventor que garantiza, regula, supervisa, controla, planifica, ejecuta, coordina políticas y programas, promueve la integración cultural y educativa regional y universal. Estado Docente que decreta unilateralmente los costos de matrícula de los institutos privados y prohíbe el uso de cualquier tipo de figura jurídica para contribuir con la excelencia académica que brindan, lo cual significa la quiebra de las escuelas privadas y la privación de los padres y representantes al derecho de escoger la educación que quieren para sus hijos.
Igualmente, en el proyecto el Estado deja a la familia el derecho y la responsabilidad de la educación religiosa, pero omite el derecho que la Constitución Nacional les confiere a los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa que esté de acuerdo con sus convicciones. Máxime cuando son escuelas privadas las que imparten esta enseñanza y que van a quedar fuera del sistema educativo porque no podrán sufragar sus costos.
Manifestamos nuestra inconformidad con una educación que tenga como fines desarrollar una nueva cultura política, para la reconstrucción del espíritu público y el desarrollo de un proceso educativo para alcanzar la felicidad social a través de un nuevo modelo productivo social, humanista y endógeno, porque todos estos parámetros son el manual del adoctrinamiento de la trilogía Estado-Gobierno-Partido y lo que queremos para nuestros hijos es la formación que integre todas las corrientes del pensamiento y que los haga libres para elegir su destino.
El proyecto de Ley Orgánica de Educación que rechazamos es un atentado a la formación educativa de nuestros muchachos
Igualmente rechazamos la inclusión de los Consejos Comunales y demás organizaciones sociales de la comunidad, como agentes de la educación y con las obligaciones que les impone el proyecto de Ley y su “rol pedagógico liberador para la formación de una nueva ciudadanía y construcción de los sujetos sociales de transformación”. Creemos si en la coordinación contralora de estos Consejos y en el aporte que puedan dar a la Comunidad Educativa, pero nunca en su inclusión como agentes de la educación y con las obligaciones que este proyecto de Ley les impone.
Finalmente, alertamos sobre el peligro que representa la incorporación de profesionales de áreas distintas a la docencia en los diferentes niveles y modalidades del Subsistema de Educación Básica, porque no se define quién y bajo cuáles parámetros establece la necesidad comprobada de esa incorporación y los requisitos, las condiciones de trabajo y el régimen de servicio quedan al libre arbitrio de una normativa que dictará el órgano rector en materia de educación básica.
Quienes suscribimos este documento somos fervientes defensores de la Venezuela libre y democrática que ha de florecer en nuestros hijos; de los derechos y garantías que establece de manera diáfana nuestra Constitución Nacional y que son de interpretación progresiva; de la inclusión de todos los que hacemos vida en este suelo en la tarea de hacer patria, sin odios ni rencores; de un sistema democrático que establezca y respete la división de los poderes públicos y donde el ciudadano se dignifique mediante el ejercicio pleno de sus derechos y deberes. Sin embargo, se nos quiere imponer un sistema socialista que rompe hasta sus cimientos el sistema de libertades que votamos en nuestra Carta Magna, un régimen de Estado Omnipotente y Centralista que obedece a la voluntad del caudillo, donde la ley no es un sistema de normas para regular la convivencia y las instituciones, sino un plan para alcanzar el objetivo, que no es otro que apuntalar una revolución trasnochada, anclada en etapas superadas y sin futuro posible.
En este orden de ideas, sostenemos que el proyecto de Ley Orgánica de Educación que rechazamos es un atentado a la formación educativa de nuestros muchachos, tanto por lo que expresa en su articulado ausente de técnica legislativa, como –y es lo más grave- en lo que omite y delega a leyes especiales y al arbitrio del Ministro de Turno, mediante la discrecionalidad de los reglamentos y resoluciones, y, en muchos casos a la normativa del ente rector.
De allí que nos declaramos en estado de emergencia y agotaremos todos los recursos e instancias para hacer valer nuestros derechos y unidos en la defensa de la educación libre y democrática, no descansaremos hasta obtener una Ley Orgánica de Educación cónsona con nuestra Constitución Nacional y que no coarte ni restrinja la libre formación de nuestros hijos.
Manifestamos nuestra inconformidad con una educación que tenga como fines desarrollar una nueva cultura política
En la ciudad de La Asunción, Estado Nueva Esparta, a los trece días del mes de agosto de dos mil nueve.