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Aquí todo se pretende arreglar con unos números y gráficos. La estadística lo aguanta todo.
Ayer en Siquisiqui en el estado Lara, la emoción se recostó de cada lugar de ese pequeño pueblo. Gente en los árboles, encima de tractores, techos y en cualquier rincón de las tres avenidas principales hizo vibrar esa tierra larense. Capriles estaba de visita y es probable que sea la primera ocasión en que un candidato a presidente de la republica aparece por ese lugar. La conexión emocional se repitió con la misma fuerza que ha estado sucediendo en los pueblos que Henrique Capriles está visitando. Una voz firme, joven, expresiva y llena de un mensaje corto pero concluyente, está logrando un resultado que hará historia en las páginas de los eventos electorales del continente.
Lo mismo pasó en Guanta, una población del estado Anzoátegui unas semanas atrás. Fiesta para el candidato tricolor. La capacidad de captura electoral de Capriles es una combinación de una buena fórmula de acercamiento y del desgaste progresivo e indetenible de la esperanza que representó Chávez en alguna ocasión pasada. A Chávez se le venció el permiso para engañar.
El trabajo de Capriles se ha centrado en ese veinte por ciento de los votos que se encuentran en territorios clásicamente chavistas, que después de catorce años, siguen escuchando promesas de esta revolución. Esos seres vieron derrumbarse a Agroisleña de la mano del gobierno y fueron testigos de cómo la revolución acabó con todo cuanto tocaba. Ellos entendieron que una finca tomada por el gobierno era el camino seguro para acabar con la producción agrícola. Para ellos, Chávez no tiene nada nuevo que ofrecer, pero tampoco fuerzas físicas para hacerlo. Capriles corre sólo esa carrera. A Chávez le quedó la posibilidad de continuar con su "reality show" desde las oficinas de Miraflores.
Las encuestas electorales son – en ocasiones- una herramienta de mercadeo electoral. Para hacer una encuesta se puede elegir la muestra, el lugar, el método de contacto y las preguntas y un ligero cambio en cada una de esas variables, genera un resultado de salida muy diferente. Las encuestas por ejemplo, se pueden hacer considerando la proporción de votantes del padrón electoral y entonces un gran porcentaje de la muestra estará ubicado en las grandes ciudades. Las encuestas se olvidan de Siquisiqui y de Guanta, que al final serán la diferencia en el conteo de votos.
Dos grandes fuerzas electorales se van a medir en octubre. No tengo la menor duda del respetable tamaño de ambas. Digamos que ambas tienen un piso electoral asegurado y la pelea exitosa por restarle votos al contendor hará la diferencia final. No olvidemos también que en Venezuela el voto es más emocional que racional y en la última semana, mucha gente decide votar a ganador, en función de las demostraciones de fuerza de cada candidato.
Chávez y sus seguidores se van a llevar una sorpresa en la única y verdadera encuesta. Aquí hay un pueblo hablando tricolor. Enrique Pereira @pereiralibre