Creo que si algún aprendizaje debe dejarnos el triste episodio protagonizado por el boxeador “Inca” Valero, es que quien se acostumbra a golpear a los demás, a solucionar sus diferencias por medio de la violencia, termina golpeando a sus seres queridos y a si mismo e incluso puede llegar al homicidio y al suicidio. El desafortunado proceso político que encabeza Hugo Chávez se inició con un golpe, frustrado, pero golpe al fin. Con un intento de magnicidio aun no juzgado. Ningún sofisma puede enmascarar el hecho de que los conjurados el 4 de Febrero de 1992 querían asesinar al Presidente Constitucional de la República y a su familia, y a todo el que se atravesara en su camino, comenzando con la Constitución y las Leyes. De otro modo no habría tenido sentido ametrallar la Residencia Presidencial y el Palacio de Miraflores, al que además atacaron cobardemente con tanques de guerra.

Sólo el manejo tiránico del poder y el uso indiscriminado de la justicia para el amedrentamiento y la persecución política permite que los verdaderos asesinos del 11 de Abril sigan libres y elevados a la dignidad de “héroes de la revolución” La locura de la violencia que anida en los extraviados sesos de los malos gobernantes que padecemos, los ha llevado a oficializar las mismas acciones que condenaron ayer, o me van a decir que los actos terroristas que cometió Lina Ron en la sede de Globovisión hace algún tiempo no se corresponden exactamente a lo que se exige hoy que hagan las “guerrillas comunicacionales”. Terrorismo de Estado puro y duro al estilo de lo que estamos presenciando en Nicaragua e Irán y es habitual en la Cuba de la tiranía dinástica de los Castro.

Gracias a Dios que lo están haciendo abiertamente, de la misma forma que incumplen pública y notoriamente las resoluciones, dictámenes y decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Interamericana. No se preocupan de ir abultando el ya de por si grueso expediente que en algún momento tendrá que decidir la Corte Penal Internacional, si es que no se les adelanta la justicia divina.

Este año se deciden muchas cosas. Brasil y Argentina tendrán cambios. La locura de Irán tendrá consecuencias a muy corto plazo. Y los remolinos de afuera se sumarán a los de adentro que cada día se fortalecen por la incompetencia del peor y más inmoral gobierno del que se tengan noticias en los anales de la historia. De nada servirá el dinero de las hipotecas con China y Rusia. Quizás allí el golpista golpeador recuerde la salida que para sus problemas buscó el “Inca” Valero.

Jorge Ramírez Fernández

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