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Israel presionó ilegalmente a cerca de 7.000 inmigrantes eritreos y sudaneses para que volvieran a sus países, donde algunos de ellos fueron víctimas de persecución, denunció este martes Human Rights Watch (HRW).
Las autoridades israelíes "los privaron de acceso a procedimientos de demanda de asilo justos y eficaces, y tomaron como pretexto la precariedad resultante de su estatuto legal para detenerlos ilícitamente o amenazarlos con una detención indefinida, obligando a miles de ellos a irse", explica la ONG en un comunicado, que acompaña un informe de 83 páginas.
Según la ONU, Israel cuenta con 53.000 refugiados y demandantes de asilo, que en su mayoría entraron por Egipto. De todos ellos, unos 36.000 son de Eritrea ?donde gobierna un régimen autoritario acusado de violar gravemente los derechos humanos? y 14.000 son de Sudán.
"Las autoridades israelíes dicen que quieren complicar la vida de los 'infiltrados' hasta el punto que tengan que abandonar Israel, para luego decir que la gente se está volviendo a casa por su propia voluntad", afirma el autor del informe, Gerry Simpson.
De vuelta en sus países, "algunos de esos inmigrantes sudaneses fueron torturados, sometidos a detenciones arbitrarias y perseguidos por traición, por haber puesto los pies en Israel", destaca la organización de defensa de los derechos humanos en su informe. "Hay eritreos que se exponen a serios riesgos de maltrato", añade el texto.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos han criticado muchas veces a Israel por su política de inmigración y el trato reservado a los demandantes africanos de asilo. En particular, han criticado mucho el centro de Holot, en pleno desierto del Neguev (sur), donde estos inmigrantes pueden estar detenidos hasta un año sin proceso alguno.
El año pasado, las autoridades israelíes lanzaron una campaña de represión, expulsando a 3.920 inmigrantes ilegales. Al mismo tiempo, han construido una barrera de alta tecnología en su frontera con Egipto, por donde entran dichos inmigrantes africanos.
Una portavoz del ministerio israelí del Interior dijo en un comunicado que el Estado judío "actúa de forma equilibrada" y afirmó que "esta política está dando resultado, ya que en 2014 hubo el triple de partidas voluntarias que en 2013".