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El presidente derechista de Honduras, Juan Orlando Hernández, enfrentará en las elecciones de noviembre nuevamente a la izquierdista Xiomara Castro, aunque existen posibilidades de que surja una alianza de centroizquierda, según analistas.
Las elecciones primarias del domingo proyectan a Hernández como candidato del oficialista Partido Nacional (PN, derecha), fortalecido con un caudal de 1, 5 millones de votos contra 600.000 del Partido Liberal (PL, derecha) y 500.000 de Libertad Refundación (Libre, izquierda), que eligió precisamente a Castro.
Hernández alcanzó la presidencia por el PN en 2013 tras derrotar a Castro, de Libre, en las segundas elecciones desde el golpe de Estado de 2009.
Ese año, una alianza cívico militar derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya, esposo de Xiomara Castro, bajo el argumento de que quería reelegirse para consolidar el "socialismo del siglo XXI" que impulsaba el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Sin embargo, la alianza que derrocó a Zelaya por rechazar la legalidad de la reelección, ha permitido a Hernández aspirar a un segundo mandato consecutivo mediante una interpretación de la Constitución de 1982.
El principal partido de oposición, el PL, dio la sorpresa en las primarias del domingo al escoger como candidato a Luis Zelaya, un atrevido académico universitario que derrotó a la veterana economista Gabriela Núñez.
"Hemos ganado el primer tiempo (primarias) con goleada", expresó Hernández. "Lo que tenemos que hacer en el segundo tiempo (generales) es consolidar esta goleada", subrayó.
Luis Zelaya, quien no es pariente del expresidente, resaltó que su victoria "representa el hartazgo de la sociedad hondureña" con los políticos tradicionales. "No descarto una alianza (opositora) siempre que sea con propósito y por Honduras", añadió.
- Alianza opositora -
Libre, el Partido Anticorrupción (PAC, centro) y el minoritario Partido Innovación y Unidad (Pinu, socialdemócrata) negocian formar una alianza de centro-izquierda para enfrentar a Hernández.
Tenemos "el reto de enfrentar a esa mafia en las urnas en noviembre y en gran alianza con la oposición", proclamó Castro.
Marco Tinoco, profesor de Sociología de la Universidad Nacional, dijo a la AFP que una alianza "Libre-PAC es casi un hecho pero hay que esperar a ver si puede sumarse el PL porque es muy prematuro" para decirlo.
Otro profesor de la misma unidad académica, Miguel Cálix, destacó que la alianza dependerá de que alguien deponga sus aspiraciones presidenciales entre Castro y el líder del PAC, el narrador deportivo de la televisión Salvador Nasrala. La incorporación del PL también depende de la posiblidad de negociar un candidato único.
"Ya es un hecho una alianza entre Libre y PAC, y dependerá de las valoraciones que haga el PL" para sumarse, comentó Cálix. "Va depender mucho también de lo que pase en los tribunales de Estados Unidos", donde se ventilan juicios por narcotráfico que afectan a figuras cercanas al partido de gobierno.
- Narcotrafico y elecciones -
El candidato del PL, Zelaya, reconoce la dificultad de enfrentar a la estructura de poder del presidente Hernández pero considera que esa estructura está debilitada por los señalamientos de narcotráfico y porque, a su juicio, "la reelección del presidente es ilegal".
Lamentó que los delitos de narcotráfico cometidos en Honduras, "con víctimas y victimarios hondureños y acusados hondureños", se juzguen en Estados Unidos por falta de institucionalidad en el país.
Según analistas, el PN resiente el golpe que recibió el expresidente Porfirio Lobo (2010-2014), al ser señalado la semana pasada en un caso de narcotráfico por un testigo que compareció la semana anterior en una corte de Nueva York.
El detenido narcotraficante hondureño David Rivera Maradiaga dijo la semana pasada a la justicia estadounidense que pagó sobornos millonarias al expresidente Lobo a cambio de protección.
Durante el gobierno de Hernández han sido extraditados a Estados Unidos una docena de hondureños por cargos de narcotráfico, mientras otros 10 acusados y cinco policías se entregaron voluntariamente.
En la proclamación de su victoria en las primarias, Hernández prometió continuar la guerra contra el narcotráfico que tiene a Honduras con una de las tasas de homicidios más altas del mundo, 60 por cada 100.000 habitantes. Eso es casi nueve veces más que el promedio mundial de 6, 7 establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).