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El primer ministro británico, David Cameron, afirmó este jueves que hará "todo lo que pueda" para ayudar a la siderurgia del país, amenazada tras el anuncio del grupo indio Tata Steel de su proyecto de dejar el país, pero descartó una nacionalización.
El Gobierno hará "todo lo que pueda" declaró Cameron tras una reunión de crisis en Downing Street, convocada especialmente para tratar el caso de Tata Steel. "No excluimos nada", dijo, pero añadió: "No creo que la nacionalización sea la respuesta idónea", en respuesta a las demandas de la oposición laborista.
La crisis de la siderurgia británica se agravó tras el anuncio que Tata Steel hizo el día anterior de que prevé vender sus fábricas en Reino Unido, apuntando como causante la falta de rentabilidad debido a la sobreproducción de acero de China. El grupo anunció que "estudia todas las opciones para reestructurar su cartera, incluida la cesión total o parcial de Tata Steel UK", su filial británica.
Con esa decisión, al menos 15.000 empleos directos se encontrarían potencialmente amenazados en el país, un tercio sólo en la fábrica gigante de Port Talbot, en Gales, una región ya fragilizada económicamente.
- Un comprador creíble -
"El tema es saber si habrá un comprador creíble, dada la falta de perspectiva de una subida de precios del acero" dice a AFP Wyn Grant, profesor de Ciencias Políticas en la universidad de Warwick.
Según él, el Gobierno debe ganar tiempo e intentar hallar una solución en los próximos seis meses, ayudando al mismo tiempo a la industria con subvenciones a través de asociaciones entre los sectores público y privado.
Se mencionó a un posible comprador, Liberty House, un grupo diversificado perteneciente a la familia Gupta, que aceptó la semana pasada a comprar dos fábricas de Tata Escocia, Clydebridge y Dalzell, con la ayuda del Gobierno escocés. Sin embargo, su presidente Sanjeev Gupta enfrió las expectativas al afirmar que comprar otros sitios de producción de Tata Steel en Reino Unido supondría un "enorme desafío".
Muchas voces se han elevado para pedir el rescate de esta industria, tanto desde la oposición laborista como desde los sindicatos.
Para Len McCluskey, secretario general del sindicato Unite, el gobierno de David Cameron debe adquirir una participación en el acero. Sin una producción propia, Gran Bretaña "quinta economía mundial, quedaría obligada a mendigar en el mercado del acero", asegura.
El tema es tratado con acentos de drama nacional en la prensa popular. "Traicionados" titulaba en portada el popular diario Daily Mirror (izquierda) y denunciaba "el abyecto fracaso del Gobierno (que) amenaza 40.000 empleos" incluyendo los indirectos. "Tatástrofe", era el juego de palabras de The Sun.
David Cameron también debe evitar el escollo de un nuevo argumento dado a los partidarios de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), que no han tardado en denunciar las limitaciones de las ayudas de Estado impuestas por la Comisión Europea.
A pocos meses del referéndum del 23 de junio sobre este tema, Cameron hizo valer que solamente en el seno de la UE el Reino Unido podrá defenderse del 'dumping' chino, y por tanto defender sus propios intereses.