¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Correo Cultural escriba una noticia?
La Orquesta Sinfónica de Venezuela, Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación, y la Fundación Camerata de Caracas, se unen para presentar el concierto "La Gloria del Barroco", con la dirección de la Maestra Isabel Palacios y la participación de los solistas: Natalia Díaz, Mariana Piñango, Adriana Portales, Luis Jaspe, Gilberto Bermúdez, Jerónimo Ramos, Álvaro Carrillo y Martín Camacho.
La Gloria del Barroco se presentará en una única función el sábado 21 de Julio a las 5.00 p.m. en el Teatro del Colegio Emil Friedman en Los Campitos y la entrada es libre y gratuita. Según su directora, Isabel Palacios, será una grata oportunidad para que el público disfrute de un recorrido muy especial por los caminos de la música barroca por distintas vías: "la de sus estilos, los diferentes países y sus grandes autores, pero sin duda, viajar en un solo concierto por cinco países, escuchar esa música guiados por sus principales compositores, viendo el contraste de sus estilos y cabalgando entre la ópera y el oratorio, lo sacro y lo profano, es una manera única de hacerlo". Los compositores seleccionados son: Vivaldi, Torrejón y Velasco, Bach, Purcell, Rameau y Charpentier.
Para Isabel Palacios, el repertorio escogido permitirá contactar con la Italia de Antonio Vivaldi: "De él escucharemos su Credo en cuatro movimientos, de los cuales el primero y el último poseen una evidente unidad. Sobre la típica orquesta "vivaldiana" con violines vibrantes al unísono, y una base permanente activa y dinámica que construyen las violas y el bajo continuo, se levantan las voces del coro, como columnas estables, juntas y unificadas, que rezan el texto del Credo y el Resurrexit. El segundo movimiento "Et incarnatus", consiste en una sutil modulación cromática ascendente, en la cual voces y orquesta nos elevan, siguiendo el texto de forma sublime para llegar al tercero, su maravilloso Crucifixus en el cual, sobre un bajo continuo, entrecortado, quejumbroso, las diferentes voces e instrumentos van caminando, llevando la cruz hasta un doliente e impresionante clímax".
"Dejamos Italia y le damos la mano entonces a Tomás de Torrejón y Velasco. Junto a él, Calderón de la Barca. Este es un barroco que nos toca mucho más de cerca aunque nos es bastante más desconocido. Una ópera compuesta en España y re-compuesta en Perú, cuando Torrejón es nombrado maestro de capilla de la Catedral de Lima. El argumento se basa en una poética leyenda hermosa donde Amor, se mostrará en todas sus facetas "Bien puede Amor hacer la dicha mayor". Marte enamorado de Venus la perseguirá hasta la cueva, donde en el fondo reina el Desengaño y Venus amará a Adonis hasta su trágica muerte y la sangre que él derrama por su mortal herida, teñirá las rosas de púrpura", comenta la maestra Palacios.
"De vuelta a Europa llegamos a Alemania y le damos la mano al padre de la música, Johann Sebastián Bach, y de él hemos elegido su honda Cantata BWV 12, compuesta en Weimar para coro, orquesta y tres solistas. Una entrada de la orquesta que acompaña la doliente cantilena del oboe es el preludio para la entrada de uno de los más extraordinarios y profundos coros compuestos por el genio alemán "Llantos, lamentos, tormentos, temor, angustia y pena" son los descendentes del coro en disonancias y cromatismos descendentes sobre un bajo ostinato opassacaglia que nos hace avanzar inexorablemente. Es por interesante acotar que sobre este coro Bach luego compondrá el Crucifixus de su Misa en si menor".
Apunta Isabel Palacios: "Luego el contratenor y el oboe entablan un diálogo durante el aria La corona y la cruz, ejemplo de la dualidad y los opuestos, símbolos del conflicto entre el presente y el futuro. El bajo nos reconforta al cantar Yo sigo a Cristo, no quiero abandonarle, escrita en forma de trio sonata al "estilo italiano" y el tenor nos alienta en su virtuosa aria Tened fe. La verdad hermenéutica que tanto preocupaba a Bach y lo llevaba a sacrificar lo "atractivo" de una melodía fácil por una tortuosa línea de canto que nos conduce a la profundidad, y como siempre, al final el coral luterano que entona el texto Lo que Dios hace bien hecho está".
Sigue comentando Palacios: "El concierto continúa en Inglaterra con otro de esos compositores insólitos y geniales que nos otorga el Barroco: Henry Purcell, que aquí para construir una mágica opera, busca en la historia de su cultura, la mano de otro ingles universal, William Shakespeare. Ambos nos sumergen en un bosque encantado con los vapores envolventes de la noche, el misterio, el secreto y el sueño, donde la reina de las hadas duerme "el sueño de una noche de verano" y nos piden "Silencio... ningún ruido perturba sus dormidos sentidos". Para terminar llegaremos a Francia donde nos reciben Jean-Philippe Rameau y Marc-Antoine Charpentier y nos asomamos a la Chapelle du Roy. Dos motetes emblemáticos, el Laboravi considerado por el propio Rameau como una obra maestra y por ello es uno de los ejemplos publicados en su célebre tratado de armonía de 1722. Por otra parte, de Charpentier, compositor tan importante, cuyas obras de órgano fueron tocadas por Bach y sus óperas ejecutadas bajo el bastón de Lully, haremos uno de sus cuatro Magnificat. Tal vez no seremos espectadores de la querella de los Bufones que sacudía la Francia del siglo XVIII pero si veremos sus resultados: una música verdaderamente francesa. Coros sean homofónicos (y homorítmicos) o contrapuntísticos, e incluso imitativos, de acuerdo a la retórica del texto. Como escribe Charpentier "recitar el texto con respeto, resuelvan sus fluctuaciones agógicas, es con la prosodia que solventamos los problemas del tempo". El Barroco francés, una creación totalmente original e inconfundible y sin duda, muy avanzada para su época".
Fuente: Evelyn Navas.