¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Correo Cultural escriba una noticia?
Una vez más Fedosy Santaella le da la vuelta a la tortilla con un libro novedoso, contando cotidianidades que a diario están ocurriendo en nuestro entorno pero con la tercera de persona como figura central: Terceras Personas, trece cuentos que giran alrededor de lo tercero y se centra en figuras que trastocan la realidad y hacen vibrar al personaje y por ende al lector.
Terceras personas pareciera tener una inclinación hacia el lector masculino, pero lo es también para el femenino; Fedosy tiene la maestría de desmembrar al hombre y mostrarlo tal cual es, sin mascaras, con la malicia y la inocencia que caracteriza al género, y esto lo demuestra desde el primer cuento cuando vemos a un hombre que actúa como tercer personaje pero tiene todo el protagonismo del cuento, un hombre que sin decir una sola palabra, sin hacer un gesto para nosotros los lectores, sin siquiera parpadear, nos cuenta su triste realidad, su condición de hombre con sueño de fuga.
Otro de sus cuentos demuestra esa inocencia casi estúpida de los hombres al enamorar, de la malicia de las mujeres, de la picardía, de su morbo. Es una historia de amor, de Scheherezade masculino y de verdugo femenina. El tópico de la ingenuidad contra la ingenuidad no tan ingenua.
Dentro de Terceras personas nos conseguimos imágenes construidas con belleza, esa prosa cuidada que Fedosy ha sabido cultivar "El chat permite la seducción fantasmal de la palabra. La palabra es un fantasma que se mete en tu cabeza y urde atrevimientos."
Dentro de este libro vemos la infidelidad, pero no solo de hombres como el patrón con la empleada, lo vemos de hombres que se conforman con mujeres casadas, de mujeres que tienen satisfacción de tener a un hombre que aman como jamás amaran a sus esposos pero lo mantienen en el mismo lugar, sin darles el puesto que durante años ellos desean.
Y es que Santaella no tuvo límites a la hora de transportarnos en los rieles del amor y las terceras personas, porque hasta zombis interfieren en este libro, siempre con ese tenue erotismo y ligero humor que lo caracteriza. Terceras personas es un libro de historias atravesadas, de personajes enrevesados y dolientes. Es un libro que no dejará indiferente a nadie.