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Fatiga muscular

27/03/2010 21:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La fatiga muscular se manifiesta algunas veces en muchas personas que sufren debilidad y poca fuerza muscular cuando caminan o practican un deporte

Muchas personas sufren de debilidad y poca fuerza muscular cuando caminan. Después de comer, no recuperan su fuerza y tampoco se les quita el hambre. Por el contrario, esta última aumenta cada vez más. Pero cuando comen –en lugar de incrementar su energía- lo que ganan es peso.

Estas personas, en vez de buscar la raíz del problema, se conforman pensando que la fatiga puede deberse a la edad o, en el caso de los más jóvenes, a una depresión nerviosa o al estrés. Muchos terminan tomando alguna vitamina o algún brebaje natural que prometa recuperar la energía perdida, pero no logran mayores resultados. Con el tiempo la debilidad se acentúa en la misma medida en que se incrementa el hambre y la obesidad.

La hormona de energía: Mientras que el cerebro extrae por su cuenta el azúcar de la sangre, los músculos necesitan de una hormona, la insulina, para obtener energía. Gracias a su acción, el azúcar sanguíneo, que se eleva después de comer carbohidratos (pan, arepas, papas, arroz, granos) pasa a los músculos donde es convertido en energía para poder caminar, subir escaleras, saltar.

En algunas personas, la insulina no es muy eficiente, de ahí que la glucosa, en lugar de pasar al músculo, pase a las células de grasa donde se acumula. Este trastorno se denomina resistencia a la insulina y se presenta especialmente en los obesos y en gran parte de las mujeres que sufren de atrasos menstruales o tienen ovarios poliquísticos, acné e hirsutismo. También existe este desorden en las pacientes con fibromas uterinos o que tienen abortos recurrentes y en la mayoría de los hipertensos.

La acción deficiente de la insulina provoca que estas personas se sientan débiles ya que sus músculos no obtienen la glucosa a la velocidad normal y, aun siendo jóvenes, se cansan con tan sólo subir unas escaleras o pasear.

Además de fatiga muscular, quienes padecen este desorden sienten mucha hambre, sobre todo deseos de comer harinas. Así, la falla en la acción de la insulina se compensa alcanzando niveles extremadamente altos de esta hormona, pues de esta manera se logra convertir el azúcar de la sangre en energía molecular. El problema es que la insulina alta favorece que gran parte del azúcar pase, en lugar de al músculo, a las células de grasa, acentuando la obesidad.

Por otra parte, la insulina elevada actúa directamente en los ovarios, estimulando allí la producción de testosterona u hormona masculina. Esta produce fallas de ovulación, atrasos menstruales, acumulación de grasa en el abdomen, aumento de los vellos en la barbilla, senos y debajo del ombligo, así como una mayor secreción de grasa en el cuero cabelludo, que ocasiona la caída del cabello, además de estimular la aparición del acné. El exceso de insulina favorece además el desarrollo de los fibromas uterinos.

En los hombres, los niveles excesivos de insulina promueven el aumento de la grasa abdominal, la disminución de la testosterona, el incremento de los triglicéridos, la reducción del colesterol bueno y la aterosclerosis cerebral y coronaria, incrementando el riesgo de sufrir infartos y trombosis. Asimismo, la insulina elevada propicia la retención de sodio y agua, a la vez que estimula la acción de la adrenalina. Esto conduce a que muchos de estos pacientes desarrollen hipertensión.

Detecte el problema

Al menos los hipertensos, los obesos y las mujeres que presentan atrasos menstruales, acné y caída del cabello, deberían evaluar su metabolismo de los azúcares. Si la acción deficiente de la insulina resulta ser el origen de su trastorno, mientras este problema no se resuelva, el paciente continuara obeso e hipertenso y en el caso de las mujeres continuaran los atrasos mensuales y los demás síntomas que producen la insulina y testosterona elevadas. Además, continuará la debilidad, la fatiga, el hambre y la facilidad para engordar.

Una vez detectado el problema, se buscará el tratamiento más adecuado para mejorar la acción de la insulina, la cual descenderá a niveles normales. De esta forma, no sólo dejaremos de engordar con tanta facilidad, sino que también mejoraremos la energía física, disminuirá el hambre, la presión arterial, los ovarios volverán a su ciclo normal, volverá la fertilidad y habrá remisión de acné y de la caída del cabello.

Lo más importante es que mientras más prematuramente se detecte este problema metabólico, tanto más se pueden prevenir sus complicaciones y aminorar sus desagradables efectos.


Sobre esta noticia

Autor:
Pedro Borrero (76 noticias)
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