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En la madrileña Base de Retamares se ha celebrado la clausura de la Operación Balmis con la que las FAS se han movilizado contra la pandemia de Coronavirus que ha asolado la nación y que pese a reducir en virulencia todavía no ha concluido temiéndose una segunda ola
Activadas contra la Pandemia de Coronavirus desde el inicio del estado de emergencia, para las Fuerzas Armadas la Operación Balmis ha significado la mayor movilización militar en España en tiempos de paz, y ha supuesto la total implicación de los ejércitos españoles en la lucha contra esta crisis sin precedentes.
A los 98 días de su activación, el 15 de marzo de 2020 se dió el inicio de la operación que se ha cerrado el 25 de junio, y tras anularse el estado de emergencia el Ministerio de Defensa ha dado por concluida la Operación Balmis, que se cierra con el activo de la experiencia ganada, el aplauso popular y las lecciones aprendidas para enfrentarse a una hipotética segunda ola pero con cierto grado de amargura por lo duro de la tragedia y la frustración de no poder haber salvado más vidas.
Como el Gral. Martonez Mejide, jefe de la UME expreso: "No podemos decir, Misión Cumplida, hemos perdido a muchos conciudadanos que se nos iban por esta enfermedad y sin poder hacer nada, ha sido como coger un puñado de arena con la mano. Se te va por entre los dedos".
Operación Balmis estrategia operativa
Para este cierre se usó la infraestructura empleada en dirigir la operación, la sede de Mando de Operaciones en la madrileña Base de Retamares.
Planteada como una acción militar en toda regla, Balmis fue dirigida en una cadena de mando corta: Ministra, JEMAD y Jefe del Mando de Operaciones (MOPS) del mismo modo que se acometería una crisis bélica.
Según el Gral. Jefe del MOPS, Fernando López del Pozo, la operación se ha basado en cinco directrices:
Seguridad. Apoyo a las FCSE en vigilancia ciudadana y patrullas por pueblos y ciudades para disuadir y advertir a los ciudadanos de preservar la cuarentena y no salir a la calle de no ser preciso. Sumando a esto el control y patrulla de las fronteras, vigilancia en puertos y aeropuertos y vigilancia de estructuras críticas. Con ello se liberaba de trabajo a Policía y Guardia Civil las cuales podían volcar sus esfuerzos en sus tareas propias de seguridad sin sobrecarga de trabajo.
Apoyo Logístico. Aporte de toda clase de elementos materiales para tratar la enfermedad, desde transporte por aire de toda clase de material médico proveniente de países aliados. Suministrar material médico y sanitario de toda clase además de material uso común: camas para hospital, sillas, literas, taquillas, duchas, grupos electrógenos y todo elemento de apoyo a clínicas y hospitales además de aporte de víveres a los bancos de alimentos.
Desinfección. Tareas de desinfección en toda clase de infraestructuras ya sean hospitales, consultorios, centros de salud, comisarias, hoteles habilitados como hospitales, juzgados, cementerios, edificios de la administración y especialmente residencias de ancianos.
Apoyo sanitario. Refuerzo a los hospitales Gómez Ulla y al Hospital Militar de Zaragoza que han sido las instalaciones sanitarias militares que han absorbido mayor número de pacientes del sistema sanitario general. Despliegue de las unidades medicas de empleadas en misiones UMAER y UMAAD en los hospitales de campaña construidos al efecto, IFEMA es ejemplo común, y despliegue de infraestructuras médicas en el Puerto de Melilla o el envío del transporte de ataque Galicia a Ceuta para hacer de hospital flotante.
Montaje hospitales e infraestructuras. Construcción de hospitales de campaña y albergues en todo el territorio nacional desde el IFEMA en Madrid a otras menores ya sea en Sabadell, Basurto, La Coruña, Las Palmas, etc. así como montar salas UCI de apoyo a hospitales y también morgues en edificios adaptados, la del palacio de Hielo de Madrid es un ejemplo recurrente, donde se ha evacuado a los fallecidos provocando un intenso choque traumático entre las fuerzas las cuales necesitaron a menudo apoyo psicológico.
Un esfuerzo que ha forzado a las FAS al límite de su capacidad pues junto a la misión se cumplían las tareas habituales.
Reparto de tareas en la misión según componentes
Del mismo modo que en una acción bélica el MOPS repartió las tareas entre los distintos componentes en que está organizado.
Así en el inicio de la misión la UME fue la primera unidad desplegada pero en menos de una semana quedó superada por la cantidad de tareas a acometer, movilizando a los tres ejércitos en cada sector de operativo.
De haber una segunda oleada de la epidemia la Operación Balmis se reactivaría por las FAS en un tiempo máximo de 48 horas
De este modo el Mando de Componente Terrestre designó las tareas que acometió el Ejército de Tierra, el Mando Componente Naval las de la Armada, especialmente el despliegue de buques como apoyo sanitario, y el Mando de Componente Aéreo el del Ejército del Aire, con especial hincapié en los envíos logísticos.
La Inspección General de Sanidad le tocó lidiar con la parte médica de la crisis aumentando las capacidades de los hospitales en un 40% y dirigiendo las medidas terapéuticas en hospitales militares y de campaña, trabajando codo con codo con la sanidad civil en encontrar curas y tratamientos contra el Coronavirus. De este modo fue la sanidad militar a la que le toco el combate directo con la enfermedad tanto en los hospitales militares como en los hospitales de campaña y en apoyo a los de la administración civil, en ese punto el trabajo de equipo entre médicos civiles y sanitarios militares se puede definir de modélico.
A notar que pese al dolor de la perdida de pacientes cuando en las clínicas se lograba a diario salvar vidas y los infectados superaban la enfermedad subia la moral y el entusisamo de los sanitarios, no todo era asistir a sepelios, cuando los enfermos superaban la crisis: "Nos ponia la moral por las nubes y nos animaba a seguir trabajando".
A estas tareas se sumó la Guardia Real que aparcó durante la operación su habitual misión de protección de la Casa Real y de sus integrantes para apoyar las misiones de la Operación Balmis con patrullas, apoyo logístico y desinfección, tareas recurrentes al resto de unidades de las FAS desplegadas en la crisis.
A constar que en las tartas de desinfección se han destacado mucho por su especialización las unidades de defensa NBQ de las distintas unidades por su preparación para tabajar en ambientes contaminados, siendo previsible una ampliación de sus capacidades a futuro y más en el proyecto de Fuerza 35 del ET.
Estadísticas de la Operación Balmis
En sus casi cien días de vigencia en la Operación Balmis han intervenido en un momento u otro 187.713 militares, se han realizado 20.002 intervenciones: 11.061 han sido desinfecciones, 2.302 patrullas de seguridad, 5.301 intervenciones en residencias de mayores, 3.477 acciones de apoyo a hospitales y 1.344 apoyos a centros sociales.
Aunque es fluctuante según el nivel de alarma era más intenso o se cumplía la desescalada, la media diaria de personal militar participante era de 1.926 efectivos. Participando en cada una de las variantes de la operación ya sea una patrulla, desinfectar una infraestructura o ayudar a montar un hospital.
Lecciones a extraer para el futuro
A medida que se acometía la misión se iban refinando las tácticas y procedimientos hasta tener ya un modo de acción perfilado. Tanto es así que ya se tiene listo un plan de contingencia de acontecer una segunda oleada del virus, la principal preocupación, que movilizaría las FAS de nuevo en un plazo máximo de 48 horas.
A constar que el Gral. Del Pozo destacó en su intervención que la elección del nombre de Balmis, en homenaje al medico militar que organizó la expedición de vacunación global contra la viruela fue todo un acierto, pues ha servido para identificar facilmente la misión y esta fuera conocida por el público.
Por parte de la ministra Robles solo queda expresar agradecimiento a las FAS por esta labor, que todo el esfuerzo se ha hecho: "por salvar vidas". Y compartir anécdotas como que la dirección de Whatsupp en que se coordinaron las comunicaciones por esa red social se llamó: Covid 19.
O que el alcalde de un pueblo pequeño le comentara a la Ministra de Defensa que estaba encantado de ver militares en su localidad: "Porque los últimos que vinieron fue cuando la Guerra Civil".
Ese quizá sea el mayor activo de la Operación Balmis que ha sido una muestra contrastada y verificable del compromiso de los militares españoles con su sociedad y haya servido para que ese compromiso quede patente y sea reconocido y sabido por el pueblo español.
La Operación Balmis ha supuesto el mayor despliegue de unidades militares en tiempos de paz