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Experiencias de vida. Las últimas enseñanzas de un hermano

05/07/2018 14:20 1 Comentarios Lectura: ( palabras)

Aunque se procura el detalle, muy probablemente se escapen algunos momentos y hasta nombres de esa gente buena y bella, por lo que se les pide disculpa de antemano, pues merecen de todo reconocimiento por su solidaridad y desprendimiento

Estas líneas dan cuenta y reflejan lo que ha sido parte de una experiencia, forma de aprendizaje que resulta de la cotidianidad y que es concebida como: Conocimiento de algo, … que se adquiere al haberlo realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces.

Es así que lo que de seguida se destaca, resulta en una vivencia, nada exclusiva, sino más bien muy generalizada estos días en este país venido a menos, o más bien llevado a esta desgracia que sobrellevamos, aunque incluye episodios de humanidad que permiten demostrar la grandeza de los venezolanos y el futuro que nos aguarda, pues en medio del dolor, tuvimos la oportunidad de encontrar gente buena y bella, lo que sin duda nos da animo como sociedad a pesar de tantas adversidades.

Aunque se procura el detalle, muy probablemente se escapen algunos momentos y hasta nombres de esa gente buena y bella, por lo que se les pide disculpa de antemano, pues merecen de todo reconocimiento por su solidaridad y desprendimiento.

Lastimosamente, a primeras horas del domingo 24 de junio fallece nuestro hermano Homero Atila (52) en el hospital central de Porlamar -isla de Margarita -Nva. Esparta- quien se complicó con un problema renal por acumulación de líquido en los pulmones y un cuadro cardiaco que todo complicó.

A penas sus amigos -su familia de playa el Yaqué- nos notificaron que fuera internado, nos correspondió a sus hermanos, junto a su familia yaqueana, el activarnos para socorrerle, cada uno a partir de su particularidad y posibilidades, incluida la distancia familiar que ahora toca a los venezolanos. No obstante, ello, Homero nos brindó la oportunidad de demostrar lo enseñado por papá y nuestras madres, el ayudarnos y cuidarnos mutuamente por encima de cualquier desavenencia, de lo que, sin duda, muy probablemente desde donde se encuentren nos habrán observado y sentido orgullo por nuestro proceder como hermanos.

Además de tal demostración familiar que nos enorgullece, Dios nos permitió encontrar gente maravillosa con un inmenso desprendimiento y desinterés que siempre nos brindaron su apoyo y auxilio, entre quienes se destacan la hermosa Karen, Maryori y la linda Milagros, unas yaqueanas hermanas de la vida de Homero, así como el amigo Anuel, un agente policial de Nva. Esparta que ya antes había dado socorro a la sobrina Natacha, sin conocerle, de donde surgió una amistad para más nunca olvidar y eternamente agradecer.

Como parte de esta triste realidad venezolana, nos vimos compilados a acudir a las redes sociales para pedir medicamentos, que aunque deberían encontrarse en el nosocomio y a pesar del discurso oficial, ya sabemos la mayoría de los venezolanos que no es así, surgiendo un sinfín de personas desconocidas y organizaciones de voluntarios a socorrernos, con lo que pudimos apreciar en carne viva, primero, la solidaridad de nuestros connacionales y segundo, el poder de las redes sociales en la actualidad.

Es tal el desprendimiento de esta bella gente, que le pido a Dios les permita conocerlos, aunque en otras circunstancias

Con Natacha y su mami, quienes desde la distancia se mantuvieron permanentemente activas, Anuel, lo mismo que Karen y Milagros, hicieron casi lo imposible para auxiliarnos, a pesar de tantas limitaciones e inconveniente, contactando instituciones y personalidades para brindarles las oportunidades de sanación a Homero.

Es tal el desprendimiento de esta bella gente, que le pido a Dios les permita conocerlos, aunque en otras circunstancias.

Cuando de trasladarnos a Margarita se trató, lastimosamente fuimos casi victimas del bachaqueo en los pasajes aéreos, llegando a escuchar precios de hasta 35Millones de Bolívares fuertes cuando el boleto ida y vuelta realmente posee un costo algo superior a los 7Millones. Afortunadamente la intervención de un familiar cercano impidió que nos robaran.

Lamentablemente, fue absolutamente calamitosa la estadía y la atención en el hospital. Ahí, descubrimos la deshumanización e indolencia del personal de salud, especialmente de los médicos, unos más que otros, aprendimos, que parte de las pasantías o prácticas médicas de los futuros galenos, incluye observar la forma de la muerte de manera inerte y apática hasta hacerse habitual, corroboramos en carne propia, la escasez de medicamentos, así como sus altos costos y la falta equipos clínicos, ambulancias y más, para la atención de los pacientes, lo que a todas luces justifica el clamor de personeros y organizaciones por la apertura del canal humanitario, sin poder olvidar el trato, muchas veces humillante, que deben tolerar los familiares de los pacientes recluidos.

A pesar de todo ello, tuvimos la oportunidad de conocer gente solidaria en el dolor, de otros familiares con semejantes angustias y similares circunstancias que mutuamente se asisten, de reencontrarnos con amigos y familiares que parecían distantes y apreciar la preocupación y calidez de los allegados.

Una vez ocurrido el lamentable deceso de nuestro hermano, sus familiares de afectos, los yaqueanos, incluido Gerry Porry, a quien configuramos casi como un padre en la vida de Homero, hicieron muestras de dolor, lo que nos permitió apreciar el gran cariño que por él sentían, llegando a exigirnos, y a lo que debimos acceder sin miramiento alguno, a celebrar su acto de velatorio en Playa el Yaqué, lo que incluyó, como demostración de afecto hacia Homero, un recorrido por lo que fuera su lugar de trabajo por más de 20 años y el pueblo.

Además de lo relatado, debemos igualmente agradecer a las autoridades municipales por el favor para lograr la última morada y más de nuestro hermano.

Antes de concluir este escrito, deseamos manifestar a toda esa familia yaqueana, nuestras palabras eternas de agradecimiento, no solo por lo vivido en estos pocos días junto a ustedes, sino por el haber cobijado a Homero desde hace tanto, sabiendo que ese cobijo se mantendrá en su memoria como en la de nosotros, recordando a Homero como ese ser alegre y feliz, quien como cantó Sinatra: vivió su vida a su manera.

Gracias y Bendiciones a todos.

@OrestesSalerno


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Gladys Canduriz (07/07/2018)

Hola buenas tardes, Profesor Orestes.! Presisamente eso es lo hermoso de esta Venezuela, que a pesar de las circunstancias a lo que estamos permanentemente sometidos, aún se siente la grandeza de nuestro gentilicio, esa solidaridad de hermanos, esos gestos bonitos que nacen desde el corazón de mi gente hermosa venezolana, tan humana y hospitalaria.