Jun 23, 2016 0 Señora de Rodríguez, valió la pena en mi época de estudiante haber tenido la oportunidad de ver a Jorge Rodríguez en algún acto en la UCV. Lamenté ayer, y hoy también, haberlo visto (después que lo asesinaron), en la plaza Cubierta del Rectorado, donde la universidad de entonces y el movimiento estudiantil se propusieron despedirlo como se merecía, aunque con mucho dolor.Si uno lamenta hoy que CAP y Octavio Lepage hayan sido los autores intelectuales del brutal asesinato de su esposo, cuando Jorge despuntaba como un líder dentro del ámbito de la izquierda, tiene también que agradecerle a la vida, que dejó una esposa firme, que no se dejó intimidar por ese acontecimiento y supo (con mucho esfuerzo y trabajo) echar una familia para adelante muy dignamente.No sé cómo es su nombre, pero deseo y espero que esté muy bien de salud y con mucha vitalidad. Usted tuvo que ser una mujer fuerte y debe ser hoy una mujer fuerte. Le tocó la responsabilidad de llevar su familia y de padecer las angustias que vivió Jorge Rodríguez en vida, porque supongo que el acoso y la persecución fueron siempre constantes a la familia.Ahora mismo, estimada señora, los adecos se estarían lamentando por no haber hecho con usted, lo que hicieron con Jorge Rodríguez, porque ese Jorge Rodríguez está con usted. Ese abominable asesinato con tortura y bajo el gobierno de CAP y con Ramos Allup de diputado, no acabó con Jorge Rodríguez. Está con usted y haciendo lo que quería y tiene que hacer.Convencido estoy de que Ramos Allup se estará lamentando y mucho, de que usted sobreviviera a ese hostigamiento, y con su trabajo y tesón nos haya permitido saber que Jorge Rodríguez no luchó en vano y está hoy en usted. Delcy es su constancia y la voluntad de Jorge padre. Supo templar ese acero.MARCANO.EVARISTO@GMAIL.COM