Los diputados contestatarios de Syriza, que formaron un partido euroescéptico, fueron llamados este lunes a formar un gobierno de coalición, algo con pocas probabilidades de prosperar ante la casi certeza de elecciones anticipadas en septiembre.

El presidente de la República, Prokopis Pavlopulos, encargó formar una coalición a Panagiotis Lafazanis, líder de esta nueva formación, Unidad Popular, como marca la constitución, después de que partido de derecha Nueva Democracia fracasara en el intento el fin de semana.

La nueva formación, euroescéptica y contraria a la austeridad, fue creada el viernes, tras la dimisión del primer ministro, Alexis Tsipras, un día antes.

La renuncia de Tsipras tras perder la mayoría parlamentaria en el voto al nuevo plan de ayuda europeo, rechazado por más de un cuarto de los diputados de su partido de izquierda radical, desencadenó el procedimiento conocido como de "mandatos exploratorios". Según este trámite, las tres primeras fuerzas parlamentarias por número de diputados son llamadas una a una para intentar formar un gobierno de coalición en un plazo de tres días cada una. Si no consiguen formar gobierno, es necesario convocar elecciones legislativas.

Syriza, que aún cuenta con una ventaja importante respecto a Nueva Democracia, según los sondeos, rechaza formar un gobierno de coalición y es partidario de celebrar elecciones anticipadas el 20 de septiembre para reafirmar su mayoría.

"Emplearemos este mandato para mostrar la necesidad de un gobierno antimemorándum (contra la austeridad) en el país", dijo Panagiotis Lafazanis en un breve encuentro con Prokopis Pavlopoulos ante la prensa.

Si se confirma el esperado fracaso de este mandato, Prokopis Pavlopoulos debería nombrar a un gobierno de transición el jueves, presidido por el presidente del Tribunal Supremo, que estará encargado de organizar elecciones generales.

Unidad Popular, nombre que hace referencia al partido del exdirigente socialista chileno Salvador Allende en los años 70, se opone al reciente acuerdo logrado entre Atenas y la Unión Europea sobre un nuevo préstamo de hasta 86.000 millones de euros en tres años, acompañado de un programa de medidas de austeridad. La nueva formación acusa a Tsipras de haber traicionado los principios de Syriza.