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El exministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos ha afirmado este viernes que el embajador español en La Habana estaba informado del encuentro mantenido entre él, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente cubano, Raúl Castro.
La reunión, celebrada el miércoles, despertó la ira del actual Gobierno, que la tildó de "extraordinaria deslealtad", en palabras del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que viajó a la isla en noviembre, pero no consiguió ser recibido por el líder cubano.
Zapatero, presidente entre 2004 y 2011, visitó la isla durante dos días acompañado por quien fue su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, que ha afirmado este viernes en la radio Cadena Ser que informaron de los detalles de la visita al embajador español al llegar al aeropuerto de La Habana.
"La agenda nos la dieron en el aeropuerto junto al embajador y la comentamos con él. Estaban informados", ha dicho el exministro, que ha reconocido haber llamado a su sucesor a raíz de la polémica. "La llamada se ha producido para clarificar las dudas que pudiera tener el ministro (...) La polémica es innecesaria y no tiene sentido", ha añadido Moratinos en referencia a la agria reacción del actual ministro de Asuntos Exteriores.
García-Margallo calificó el jueves la reunión de "extraordinaria deslealtad" y de "ejemplo de inoportunidad" al producirse en plena negociación entre la Unión Europea y Cuba para normalizar sus relaciones y poner fin a la denominada "posición común europea", que desde 1996 condiciona toda cooperación con la isla a avances en derechos humanos.
"No voy a entrar en ninguna polémica con el señor Margallo", se ha limitado a contestar Zapatero en una rueda de prensa el último día de su visita a Cuba. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también ha dado por zanjada la polémica este viernes y ha llamado a "trabajar de cara al futuro para que no vuelvan a darse circunstancias como esta".
Durante su mandato, Zapatero trató de aliviar las tensiones que se produjeron entre Cuba y el Gobierno anterior de José María Aznar, que impulsó precisamente la adopción de la "posición común europea". El encuentro pone en aprietos a la diplomacia española, que ya recibió críticas cuando se anunció la reanudación de las relaciones entre Cuba y EEUU, lamentando la lentitud de la diplomacia europea para jugar un papel más importante en la apertura de la isla.