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Unas elecciones legislativas en clave de plebiscito a Donald Trump

07/11/2018 06:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Lo que se planteaba como unas elecciones plebiscitarias a los algo más de cien días de gobierno de Donald Trump y el Partido Republicano se ha saldado con una mayoría demócrata en el Cámara de Representantes y la mengua de la mayoría republicana en el Senado

En unas elecciones cruciales para Donald Trump, los norteamericanos han sido llamados a las urnas para renovar el Senado y la Cámara de Representantes.

En el primer caso se renueva un tercio de los senadores y la totalidad de la Cámara de Representantes; en el primer caso unos pocos votos podrían decantar la mayoría a favor de los Demócratas.

En el caso del Senado, no se esperan, a esta hora, un cambio radical, ya que la ventaja de los Republicanos se cifra en cuarenta y siete curules.

Un plebiscito a la labor de Donald Trump

A pesar de que en estos comicios lo que se dilucida es la composición de las dos Cámaras, la realidad es que los analistas políticos y las dos formaciones políticas de la alternancia, los entienden como una suerte de elecciones presidenciales.

Máxime cuando el presidente Trump se ha involucrado completamente en estos comicios legislativos, manteniendo integra su capacidad para los grandes titulares y para sus performances histriónicas que no dejan títere con cabeza.

En caso de que los resultados se decanten por el bando del asno, las políticas que quieren imponer los republicanos quedarían desarboladas y Trump se convertiría en un lame duck (pato cojo), que solo podría gobernar a base de decretos presidenciales.

Un electorado republicano sin fisuras

Pero si de algo puede estar seguro Donald Trump, es de que los que votantes que le encumbraron a la presidencia de la nación más poderosa del mundo, lo siguen apoyando de manera incondicional.

Una de las razones que lo explican es que la cuidada pose de outsider que Trump ha venido alimentando desde hace años, lo hace muy atractivo a los ojos de un electorado, que paradójicamente concita a grandes fortunas y al mismo tiempo a muchos trabajadores poco cualificados.

Para muchos electores, que Trump no sea un político al uso, hace que crezca su atractivo electoral, a lo que se suma ser un empresario de éxito y no tener pelos en la lengua a la hora de decir las cosas.

Además, en estas elecciones, también se renovarán 36 de los 50 gobernadores que tienen los Estados asociados a esta república.

Unos comicios que batirán récords de participación

Y el mejor indicio de ello, es el gran volumen de voto anticipado que ya se ha emitido, con treinta y cuatro millones y medio de papeletas, lo que supone un 50% más que en el 2014.

Otra de las inferencias que se pueden hacer de la posible alta participación es que el electorado demócrata está muy movilizado, sobre todo para pasar página de la «era Trump» en cuanto se pueda.

Otro dato que llama a la esperanza en el Partido Demócrata es que en las elecciones legislativas casi siempre se castiga al partido que se encuentra en el gobierno.

De hecho, en esas legislativas del 2014, los Republicanos recuperaron el Senado y ampliaron la ventaja que tenían en la Cámara de Representantes.

Donald Trump, el «Godzilla» de la política norteamericana

Donald Trump, desde irrumpió en la carrera presidencial norteamericana, ha dado la imagen de un auténtico outsider al que en un primer momento el establishment político no prestó ninguna atención, se ha convertido en un huracán que se ha llevado por delante lo que se ponía a su paso.

Trump pasará a los anales de la política norteamericana como un fenómeno disruptivo que ha dinamitado los pilares del presidencialismo norteamericano, actuando sin ninguna lógica tanto en la política doméstica como en la política exterior.

En su relación con otros países ha inaugurado un «nuevo orden», dinamitando la diplomacia de la administración de Barack Obama, rompiendo alianzas que en muchos casos había costado muñir más de dos décadas.

En economía, a lomos de Make America Great Again, ha abandonado varios tratados de comercio internacional que eran provechosos para Estados Unidos, y otros muchos los ha rediseñado a su gusto personal.

Por otro lado, ha iniciado una guerra comercial con China, que paradójicamente es el mayor tenedor de deuda pública norteamericana, en lo que no deja de ser «echar piedras contra el propio tejado».

Trump: «genio y figura»

En lo que se podría calificar como política a golpe de tuit, con sus mensajes de 140 caracteres repletos de insultos, ha descalificado a cualquiera que no piense como él, o le haya criticado de alguna manera.

A la hora que escribo esto, ya son conocidos los resultados de las elecciones legislativas, y como se barruntaba, los demócratas vuelven a tener el control de la Cámara de Representantes

Su relación con las minorías no es mucho mejor: después de calificar de ladrones y violadores a los centroamericanos y sudamericanos que ingresan por las fronteras de Estados Unidos, sus posturas racistas y homófobas también son conocidas.

En una de sus mejores perfomances, llego, tras el atropello de un manifestante antifascista por un neonazi en Charlottesville, a equiparar a las personas que se manifiestan contra el racismo a los neonazis.

¡Es la economía, estúpido!

Se trata de una de las pocas «armas» con las que cuenta Trump: la economía estadounidense está viviendo el ciclo expansionista más largo desde que se tiene registros, lo que está permitiendo que el bolsillo del norteamericano medio mejore.

A pesar de todo, los principales beneficiados con la política económica de la administración Trump son las grandes fortunas y las grandes corporaciones.

La cacareada relocalización de la producción de las empresas norteamericanas se ha quedado en «agua de borrajas», reeditar el «buy american» se ha quedado en menos que un eslogan.

Ius soli

Tal es la inhumanidad del actual presidente de los Estados Unidos, que inclusive ha anunciado que pretende derogar, mediante un decreto presidencial, el derecho de todo nacido en Estados Unidos a obtener automáticamente la calidad de ciudadano.

Derogar el Ius soli es una medida dudosamente constitucional y de promulgar un decreto presidencial para conseguirlo seguramente sería «tumbado» por el Tribunal Supremo, por mucha mayoría conservadora que tenga el alto tribunal.

En otra de sus decisiones impulsivas, ha enviado a 5.200 soldados a la frontera con México para evitar que las caravanas de emigrantes centroamericanos puedan entrar en territorio norteamericano.

Cambios en la Cámara de Representantes

A la hora que escribo esto, ya son conocidos los resultados de las elecciones legislativas, y como se barruntaba, los demócratas vuelven a tener el control de la Cámara de Representantes.

El resultado supone un duro quebranto para las políticas que los republicanos querían impulsar, como el muro en la frontera con México, poner más trabas a la inmigración o desarbolar la reforma sanitaria que impulsó Obama.

Ha sido Trump, con su política errática, sus «verdades alternativas» y su capacidad para encrespar a buena parte de la sociedad norteamericana el que ha movilizado al electorado progresista.

Entre las nuevas «armas» que tiene el partido de Bernie Sanders, se encuentra el poder «torpedear» iniciativas legislativas republicanas que hagan necesario la concurrencia de ambas Cámaras.

Inclusive el Partido Demócrata podrá promover leyes propias, aunque posteriormente su tramitación sea casi imposible por la mayoría que los Republicamos han mantenido en el Senado.

Una «hornada» de nuevos y jóvenes líderes demócratas

El voto que ha aupado al Partido Demócrata a la mayoría en la Cámara de Representantes es una «ola» joven, urbanita y habitualmente con titulación universitaria, mientras que el voto republicano es rural y con poca formación.

De esa «ola» han salido los nuevos representantes demócratas, como es el caso Jared Polis, el nuevo gobernador de Colorado, un político que se declara abiertamente homosexual.

De la misma «hornada» sale Alexandria Ocasio – Cortez, una neoyorquina que tiene el privilegio de ser la mujer más joven, tiene tan solo 29 años, elegida para la Cámara de Representantes.

Por otro lado, las minorías también tienen cabida en el Partido Demócrata, como es viva muestra Rashida Tlaib, que, por la circunscripción de Michigan, se convierte en la primera musulmana que llega a las más altas magistraturas de la democracia norteamericana.

En unas elecciones cruciales para Donald Trump, los norteamericanos han sido llamados a las urnas para renovar el Senado y la Cámara de Representantes

 Fuente - El País / Partido Demócrata de los Estados Unidos en Wikipedia / Godzilla en Wikipedia / Actualidad en El País / Wikipedia / Internacional en El País


Sobre esta noticia

Autor:
Gonzalo Sánchez Del Pozo (197 noticias)
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Reportaje
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