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Publicado el 28/Mar 2017 a las: 1:58 am Por: orodríguez Estatua de Alberto Arvelo Torrealba frente al edificio de la Alcaldía de Barinas. (Foto barinas.net.ve)
Caracas, 28 de marzo de 2017.? En un día como hoy de 1971 muere Alberto Arvelo Torrealba, en Caracas, a la edad de 66 años. Poeta, abogado, político, diplomático y ensayista ejerció la docencia y desempeñó altos cargos públicos. Fue también Individuo de Número de la Academia de la Lengua y merecedor del Premio Nacional de Literatura, Mención Prosa, por su ensayo "Lazo Martí: Vigencia en Lejanía". Pero su nombre estará siempre asociado a su obra poética, publicada bajo títulos como Cantas, Glosas al Cancionero, Caminos que Andan y, especialmente, el famoso corrido Florentino y el Diablo.Arvelo Torrealba nació en Barinas el cuatro de septiembre de 1905. Estudió Derecho en la Universidad Central de Venezuela y en 1935 recibió el título de Abogado y Doctor en Ciencias Políticas. Sin embargo, la verdadera vocación de Arvelo Torrealba se reveló en la literatura, sobre todo en la poesía, género que cultivó con calidad y esmero.A partir de 1940 empezó a darse a conocer como poeta con su obra Glosas al Cancionero, la cual le dio una proyección nacional. En ese libro apareció la primera versión de su famoso poema Florentino y el Diablo. Posteriormente, la musicalización e interpretación vocal de dicho poema lo convirtieron en uno de los más conocidos de la poética venezolana del siglo XX.Alberto Arvelo Torrealba también incursionó en la política y de 1941 a 1944 fue Gobernador (Presidente) del estado Barinas. Durante el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez fue embajador de Venezuela en Bolivia y luego en Italia, de 1952 a 1955 fue nombrado Ministro de Agricultura y Cría.Algunos extractos de sus poemasFlorentino y el Diablo es su obra más conocida, relata el duelo entre un llanero, jinete y coplero, llamado Florentino y el mismísimo Diablo. En este encuentro, un contrapunteo tuvo lugar por allá en el pueblo de Santa Inés, donde Zamora, el General del Pueblo Soberano, triunfó contra el ejército realista y en el cual, entre verso y verso, Florentino -el catire quitapesares- se enfrentó y venció al Diablo, enviándolo de vuelta al infierno.Se dice que es en el medio del contrapunteo cuando Florentino se da cuenta de que su adversario es el Diablo. Fue así que cruzando hábilmente las coplas e improvisando mantuvo al Diablo distraído hasta el amanecer. La luz del día espantó al Maligno y fue derrotado.El coplero Florentinopor el ancho terrapléncaminos del Desamparodesanda a golpe de seis.(...)Soplo de quema el suspiro, paso llano el palafrén, mirada y rumbo el copleropone para su caney, cuando con trote sombríooye un jinete tras él.
Negra se le ve la manta, negro el caballo también;bajo el negro pelo'e guamala cara no se le ve.Pasa cantando una coplasin la mirada volver:
Amigo, por si se atreve, aguárdeme en Santa Inés, que yo lo voy a buscarpara cantar con usté.(...)Sabana, sabana, tierraque hace sudar y querer, parada con tanto rumbo, con agua y muerta de sed, una con mi alma en lo sola, una con Dios en la fe;sobre tu pecho desnudoyo me paro a responder:sepa el cantador sombríoque yo cumplo con mi leyy como canté con todostengo que cantar con él.
Por aquí pasó, poema al Libertador Simón BolívarPor aquí pasó, compadre, hacia aquellos montes lejos.Aquí va su estampa sola;grave perfil aguileño, arzón de cuero tostado, tordillo de bravo pecho
De bandera va su capa, su caballo de puntero, baquiano, volando rumbos, artista, labrando pueblos, hombre, retoñando patrias, picando glorias, tropero./EMFoto archivo agencias