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La opositora y principal Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) se negó el martes a devolver un inmueble en Quito, que le fue prestado en 1991 y que el gobierno solicitó para albergar a drogadictos.
La Conaie, que aglutina a diversas organizaciones, se opone a entregar el inmueble -en el norte de Quito- donde funciona su sede luego de que el gobierno diera por terminado, el 11 de diciembre, un convenio de comodato y fijara un plazo para la devolución del edificio, hasta el 6 de enero según los indígenas.
"Rechazamos esa resolución de que tenemos que salir de esta casa", dijo el presidente de la organización, Jorge Herrera, en rueda de prensa ofrecida tras una asamblea de "emergencia" que convocó a líderes de varias etnias.
En el marco de su resistencia, la Conaie también declaró a la casa "patrimonio de los pueblos y nacionalidades indígenas", añadió el dirigente, anotando que se mantendrán "de manera firme y legítima" en la sede.
El Ejecutivo declaró de su lado la "necesidad imprevista y urgente" de contar con inmuebles para ser convertidos en casas de acogida para adolescentes y jóvenes que han superado la etapa de crisis por desintoxicación de drogas.
El ministerio de Inclusión Económica y Social consideró que "la utilización actual del predio no corresponde a los fines del servicio público".
"No entendemos esta decisión colonialista y racista, que nos quieran quitar los derechos que hemos conseguido en la lucha histórica de más de 500 años", manifestó Herrera, quien estuvo flanqueado por otros dirigentes y un par de nativos armados con lanzas.
La Conaie se encuentra en "permanente vigilia" y en "movilización permanente" para "sostener este espacio simbólico e histórico, desde el que seguiremos siendo críticos a las políticas del régimen", señaló.
- Enfrentados por Correa -
"No le tengo miedo a las bravuconadas de ciertos dirigentes", afirmó el sábado el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
El mandatario sostuvo que "lo que ha hecho la Conaie con ese comodato es terrible. Ha incumplido absolutamente todo" e indicó que el bien debió ser utilizado para actividades socio-organizativas por parte de los aborígenes, que son acusados de hacer proselitismo político.
"Nosotros estamos con los indígenas, no con cierta dirigencia que ya está totalmente alejada de ese pueblo indígena y defiende sus propios intereses", dijo el gobernante socialista, quien al inicio de su administración -en enero de 2007- contó con el respaldo de la Conaie.
"La sede de la Conaie ha sido un lugar donde se ha propuesto cambios al país y nos hemos opuesto a todo gobierno que da políticas en contra de la sociedad", replicó el martes Marco Guatemal, representante de los nativos de la sierra andina.
Indicó que "si en este gobierno siguen dándose atropellos, violaciones de los derechos, nosotros estaremos poniendo nuestra posición política para que este país cambie".
Entretanto, sectores de nativos que apoyan a Correa, junto al movimiento oficialista Alianza País y un consejo estatal a cargo de asuntos aborígenes, crearon el martes una "alianza indígena por la Revolución Ciudadana", como el presidente denomina a su gobierno.
Acusaron a la dirigencia de la Conaie de ser obstruccionista y aliada de la derecha opositora.
La Conaie ha protagonizado rebeliones y participado en protestas que derivaron en el derrocamiento de los expresidentes Jamil Mahuad (2000), Abdalá Bucaram (1997) y Lucio Gutiérrez (2005).
La organización se opone a la explotación de petróleo y minerales y rechaza enmiendas constitucionales que impulsa el oficialismo para establecer la reelección indefinida, lo que permitiría a Correa a participar en los comicios de 2017 para otro período de cuatro años.
La Conaie considera que los aborígenes representan un 35% de los 16, 1 millones de ecuatorianos, aunque en el último censo figura que un 7% es población es indígena.