Alberto y sus fábulas nos hacen reír y temblar, reír porque ya son graciosas y temblar porque nos vamos al precipicio. Pero él sigue fabulando, es como si un barco esta a punto de chocar con un iceberg y el capitán sigue tocando una chacarera y dice que sólo se trata de una manchita insignificante en medio del océano.

Lo gracioso es que él piensa que puede engañar a todo el mundo, su desfachatez no tiene límites, a Putín le dijo en la cara que Argentina sería la puerta de entrada de Rusia a latino américa y al poco tiempo le vota en contra ante la ONU, Al presidente de los EEUU afirma que le va a decir en la cara que incluya a Cuba y a Venezuela etc. en la cumbre de las Américas y al mismo tiempo afirma que le va hacer una contra marcha en México para que incluya a estos países y, sin embargo al otro día decide participar de la cumbre en EEUU que organiza Baiden en dicho país.

El tipo para mentir no duda en tocar a los pesos pesados del mundo, ahora afirma que la OMS felicitó a Argentina por los resultados sanitarios de la pandemia del covi 19, no se sabe de donde sacó semejante estupidez, la Argentina no fue ejemplo de nadie, en este país se hacía todo siguiendo el modelo de lo que iba aconteciendo en Europa, porque la pandemia venía en ese orden, luego cada país le agregaba lo suyo y aquí la cuarentena fue interminable dejando la economía en terapia intensiva y arruinando a miles de comerciantes en todo el país.

Según el resumen online de Tornarolli, la OMS ubica a la Argentina en el puesto 134 sobre 194 países analizados en materia de exceso de mortalidad. Más grande el número, mayor exceso de decesos respecto de lo "esperable" para un año convencional.  

En fin, es largo y tedioso enumerar todas las contradicciones de este señor que desde hace años vive hablando y hablando como un verdadero charlatán, sin embargo lo terrible es que a este hombre nadie le cree, ni siquiera el periodismo a quien el tildó de ser los medios quienes intoxican a la sociedad, se tomaron el trabajo de un llamado de atención porque lo tratan como a alguien que ya no sabe lo que dice.

Carlos Polleé