Una vez más los estudiantes hacen eco del descontento por las acciones de los entes gubernamentales y educativos, no esperan un instante para salir a las calles y crear la anarquía que tanto molesta a la ciudadanía, consecuencia del cierre de importantes arterias viales del oeste de la ciudad, y es que al parecer conocen el talon de aquiles de la ciudad y se dan el lujo de hacerse sentir sin temor a nada ni a nadie.

LOs enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad y la juventud estudiantil barquisimetana, de diversas universidades importantes, ubicadas además en el oeste de la ciudad, son reflejo de la falta de control y definitivo descontento que tienen los jóvenes ante el sistema.

No se sabe, a cabalidad  las razones para que reincidan en protestar, si es por la falta de buenas instalaciones, es por el alza del pasaje, por las divergencias ideológicas internas y por las diferencias políticas acentuadas en las casas de educación superior.

La ciudad no debe detenerse ante un hecho de protesta, porque con ello se minimiza el paso hacia un buen desarrollo económico.

En fin la repetitiva acción violenta de los jóvenes somete a la ciudadanía a paralizar sus actividad cotidianas y generar malestar en contra de quies son considerados el futuro del país, será que no comprenden afectando a los demás no logran el cometido deseado, sino la deferencia de quienes les podrían defender en un momento real.

Asimismo, con actitud de sobervia agreden la propiedad privada sin mirar a quien dañan realmente, vehículos, autobuses, vias terrestres, luces en las avenidas, semáforos, transportes pesados, entre otros, forman parte de la meta a la hora de protestar convirtiendo el movimiento, según ellos "de seriedad", en un acto delictivo y anarquico.