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Las autoridades mexicanas desmantelaron el martes una fábrica clandestina de armas en Guadalajara (oeste) que estiman produjo al menos un centenar de fusiles tipo AR-15, que vendían a cárteles del narcotráfico, con piezas presuntamente procedentes de Estados Unidos.
"Es la primera industria asegurada en el país que se dedica a armar este tipo de rifles", aseguró el fiscal del estado de Jalisco, Luis Carlos Nájera.
Los dos inmbuebles en donde funcionaba la fábrica se hallaron tras la detención en Guadalajara (capital de Jalisco) de cuatro hombres cuya identidad no se ha revelado, a quienes se les decomisaron armas largas y vehículos.
Según las primeras investigaciones, el grupo se dedicaba a mandar armas al vecino estado de Michoacán (oeste), donde opera el cártel de Los Caballeros Templarios, pero también estaba "vendiéndole armas al cartel local de Jalisco Nueva Generación", señaló el fiscal.
El funcionario aseguró, además, que las autoridades mexicanas están colaborando con instancias extranjeras porque estiman que este caso forma parte de una red de distribución de armamento que viene desde Estados Unidos.
"Enviaban partes del armamento (...) las de materiales plásticos y aquí se terminaba de armar", manifestó.
El fiscal indicó que en el operativo, se decomisó maquinaria altamente sofisticada que tenía un "software muy preciso" que permitía realizar los cortes para terminar el mecanismo de las armas.
Jalisco, con costas al Pacífico y clave para el trasiego de drogas hacia Estados Unidos, es uno de los estados con importante presencia del narcotráfico en México.