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Quienes asumiendo su condición ciudadana se planteen el desafío de enfrentar al régimen y su asociación corrupta, debemos entender que ellos habrán de realizar mayores estafas, pues esta en su naturaleza
Como se esperaba, la espuria Asamblea Nacional Constituyente (ANC), nueva extensión del partido (PSUV) y del régimen, exhortó -realmente ordenó al Consejo Nacional Electoral (CNE) y esté totalmente abyecto aceptó con júbilo, la realización de las elecciones para las 335 alcaldías de Venezuela, eso sí, como en el caso de las elecciones regionales, sin incluir el cuerpo legislativo -concejales- sin justificación alguna y violando el mandato constitucional, de lo que hasta ahora nada o muy poco se ha escuchado de parte de la coalición o partidos opositores.
Tal convocatoria, para muchos ya estaba cantada y hasta se esperaba su llamado para el 18 de octubre próximo pasado, y ello resultaba claro dado lo diezmada que había resultado la oposición en las regionales del 15 de octubre, por diversos factores entre los que se incluye la diáspora de venezolanos, asunto poco abordado, las trapacerías del gobierno, incluido el CNE, los militares y colectivos armados, para desalentar el voto y la contribución de quienes convocaban a la abstención, asunto este que luego de tales resultados da luces que será mucho mayor, así como la cháchara insultante de los líderes opositores.
De ahí que, algunos partidos, con mayor militancia, nótese que no me refiero a ellos como los representantes del pueblo democrático-opositor, han anunciado que no participarían en las elecciones locales sino cuentan con las garantías legales y el cambio del cuerpo rectoral del CNE, lo que permite inferir que no desean cargar con el peso de otra posible derrota. Sin embargo, la decisión parece fue tomada por las cúpulas partidistas, reafirmando así la vocación centralista, asunto así vigorizado cuando alegan que se concentrarán en las presidenciales, además de anunciar posibles sanciones a su militancia que participe en el proceso del 10 de diciembre próximo.
Para acudir a cualquier cita electoral, lo ideal sería, entre otros aspectos, contar con un nuevo CNE, así como con igualdad de condiciones, respeto a las instituciones y al marco legal, observación internacional y otras más, lo que parece difícil de lograr, por ahora, como para lo que podría ser el llamado a la elección presidencial, por lo que si ahora los partidos se abstienen: ¿cómo podrían convocar al voto para elegir un nuevo presidente sin tales circunstancias no se logran?
Lamentablemente, parece obviarse que se trata de 335 procesos y no de 1, que cada jurisdicción municipal posee su propia particularidad, que las autoridades locales son el poder más cercano al pueblo y a quienes corresponde atender la vida diaria de los ciudadanos, que el no participar daría la posibilidad cierta al PSUV o el polo patriótico, como llaman a la liga de enchufados tomar el mando en todos los municipios, además de desconocer los resultados electorales del 15 de octubre por cada localidad y hasta los del 6 de diciembre de 2015, a pesar de las estafas cometidas por el régimen, el CNE y toda la banda.
Sin duda que el panorama se muestra desolador, sin embargo, toca a los ciudadanos tomar la decisión
Ciertamente, parece cuesta arriba asumir el próximo reto votante, sin embargo, quienes tenemos valores democráticos y no contamos con más armas para salir de esta pesadilla que el voto -arma letal para la neo-dictadura-, no podemos renunciar a la posibilidad cierta de arrebatarles espacio de poder a una cúpula ensimismada en sus propios intereses, y no en servir a sus comunidades.
Entre los elementos en contra, se tiene el tiempo de postulación, la decisión de las cúpulas partidistas de no acudir al acto electoral y la amenaza a su militancia de expulsarle si lo hacen, así como la dificultad de llegar a acuerdos por localidad para contar con un solo candidato democrático a medirse contra los de Maduro, además de no contar con recursos económicos para la campaña electoral, la necesaria movilización de votantes y el aparataje de testigos que garanticen la transparencia del proceso y con ello el respeto al voto, así como lo atinente a las auditorias del procesos y las máquinas.
Sin duda que el panorama se muestra desolador, sin embargo, toca a los ciudadanos tomar la decisión, asumir el rol protagónico de enfrentar este reto conforme a las propias realidades en cada espacio local, lo cual puede acarrear un mayor costo político a los partidos, pues reforzaría la tesis de los anti-partidos, amén de surgir un nuevo actor político -el ciudadano- que entienda que puede alcanzar conquistas sin la necesidad de partidistos, debiendo tener presente que este esfuerzo requerirá de mucha organización y más disposición.
Un libre pensador
PD. Quienes asumiendo su condición ciudadana se planteen el desfío de enfrentar al régimen y su asociación corrupta, debemos entender que ellos habrán de realizar mayores estafas, pues esta en su naturaleza