Normalmente, las personas asocian los sistemas de seguridad a grandes casas habitadas por personas con dinero o a grandes almacenes y edificios del estado; pero nada más lejos de la realidad, y menos últimamente. Verán, resulta que esto de la seguridad cada año se convierte en un negocio mucho más lucrativo, y sorprende darse cuenta de que existen páginas webs en internet, como http://www.seguridad100.com/, que no son otra cosa que tiendas en las que las personas pueden adquirir todas estas cosas; ah, y no a un precio poco asequible, precisamente. ¿Caro? Bueno, no más que cualquier aparato electrónico que se pueda conseguir en cualquier tienda de tecnología e informática de por ahí.

El caso es que, sí, es cierto: las personas cada vez valoran más sentirse seguros, ya sea en su casa -chalet o piso, da igual- o en su trabajo; y no, no hablo de grandes almacenes, precisamente, sino de comercios más pequeños. Estoy segura de que cualquier día entrarán en una modesta tiendecita de chuches o en el establecimiento de comida abierto las veinticuatro horas del barrio y verán una cámara de vigilancia si miran a una esquina del techo; o bien una alarma para el negocio. De igual modo, es más que probable que este tipo de cosas se popularicen en un futuro próximo en bloques de pisos convencionales en los que vive la gente común y corriente.

Porque hay algo que solemos olvidar todos: y es que, a la hora de temer que un ladrón entre en nuestra casa o allane nuestra morada, todos somos iguales; y por lo tanto, merecemos protegernos y proteger nuestra hogar con los mismos medios y recursos que haya a nuestro alcance. Si buscan más información en la página web que les he pasado, verán que no hay mejor ejemplo que ese. Yo ahora mismo estoy escribiendo esto desde la casa de mis padres, una casita del campo de las afueras, y nada me gustaría más que poder hacerles el regalo de la seguridad regalándoles aunque sea una alarma para la puerta. De hecho, pienso hacerlo. Sé que me lo agradecerán.