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El régimen sirio calificó el sábado de "violación" de la soberanía nacional las críticas de la Unión Europea a la elección presidencial organizada por Damasco esta semana, que acabó con la reelección del presidente Bashar Al Asad.
La responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, había calificado de "ilegítima" la elección, organizada en plena guerra y únicamente en las zonas controladas por Damasco.
Asimismo, Ashton había juzgado que los comicios socavaban "los esfuerzos políticos para hallar una solución al horrible conflicto".
El ministerio sirio de Relaciones Exteriores "critica el comunicado de la Unión Europea sobre la presidencial en Siria", al estimar que se trata de una "violación flagrante del derecho internacional, que estipula el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en sus asuntos", según un comunicado. "Esta posición de la UE se opone a los principios básicos de la democracia y del respeto al derecho de los pueblos a elegir a sus dirigentes y a decidir su futuro en las urnas", añade el comunicado.
La familia Asad dirige Siria con mano de hierro desde hace 40 años, amordazando a la prensa y a la oposición, y tras haber aplastado un levantamiento del movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes en los años 1980.
La oposición en el exilio y Estados Unidos consideraron también ilegítima esta elección, mientras que Moscú y Teherán, aliados de Asad, defendieron su legitimidad.