Los girasoles son fáciles de cultivar y pueden ser un proyecto divertido y gratificante. Aquí te explicamos los pasos básicos:

Elige una ubicación soleada: Los girasoles necesitan al menos 6-8 horas de luz solar directa al día, así que elige un lugar en tu jardín o patio que reciba mucho sol.

Prepara el suelo: Los girasoles prefieren un suelo bien drenado que sea ligeramente ácido a neutro en pH. Trabaja un poco de compost u otra materia orgánica para mejorar la calidad del suelo.

Planta las semillas: Siembra las semillas de girasol directamente en el suelo después de la última helada de la temporada. Sigue las instrucciones del paquete de semillas para la profundidad y el espaciado recomendados.

Riega regularmente: Los girasoles necesitan riego regular, especialmente durante los períodos secos. Riégalos profundamente una o dos veces por semana, dependiendo del clima y las condiciones del suelo.

Proporciona soporte: A medida que los girasoles crecen, pueden necesitar soporte para evitar que se caigan. Puedes usar estacas o jaulas para sostener las plantas.

Estate atento a las plagas y enfermedades: Los girasoles pueden ser susceptibles a plagas como los pulgones y enfermedades como el mildiú polvoriento. Vigila cualquier señal de problemas y toma medidas rápidamente si es necesario.

Cosecha las semillas: Cuando los girasoles comienzan a inclinarse y los pétalos empiezan a secarse, es hora de cosechar las semillas. Corta las cabezas de las flores y cuélgalas boca abajo en un lugar cálido y seco para que se sequen. Una vez que las semillas estén secas, puedes quitarlas de la cabeza de la flor y guardarlas en un recipiente hermético.

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