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Vladimir Putin fue desoído por los principales partidos de izquierda del Sur y, allí están las consecuencias, la degradación de todo un Continente
La Tecla Fértil
Lo vivido en estos días se asemejan mucho a un libro que un profesor al iniciar la clase nos leía en el colegio. Nos ofrecía reflexiones acerca del liderazgo. El título de este libro era ‘La culpa es de la vaca’, Si no encontramos un culpable de las cosas que nos pasan somos capaces de responsabilizar a un animal, con tal de no comprometernos y aceptar nuestros errores.
El poder político, cuando se lo confunde con privilegio, pierde su estirpe. El poder social se engaña con represión y violencia. Ambos poderes pierden su libertad, cómo decía Enrique Lacordaire “Libertad es hacer lo que no perjudique a los demás”.
Encontrar culpables, apuntar con el dedo, calentar el curul, huir del problema o lanzar piedras, insultar al prójimo, destruir el bien público o cerrar el cerebro, es la opción más primitiva para gobernar o reclamar derechos. Si exigimos sólo el bienestar, se salvarán pocos y quedarán muchos aún en huelga de vida. Si elegimos desarrollo, para los millones de venezolanos, habrá justicia y esperanza.
No es cuestión de indígenas, mestizos, blancos o afros, todos somos latinos. Tenemos una sola raza, una sola bandera, un solo terruño, un solo color, un solo apellido. No somos ideología, ni partidismo, ni escepticismo, somos la libertad de reclamar y la libertad de gobernar. Por eso exigimos un paro al analfabetismo, a la pobreza, al racismo, al desempleo, a la insalubridad, a la mediocridad y al absurdo. Solamente tenemos dos nombres en nuestra conciencia, el Mariscal Antonio José de Sucre y el Libertador Simón Bolívar.
Justo Sierra nos expresaba, quien otorga palizas es una persona llena de miedo, que tiene mucho pánico a la vida. Hoy luchamos contra gigantes: el miedo, la ignorancia y la injusticia. Lo único que hemos ganado con el paro, guarimbas, muertes y heridos en el Sur es perderlo todo, hasta nuestra identidad.
Hay un vandalismo con sus tendencias que recorre todo el país. Solamente se escuchan los clamores en las colas de las entidades bancarias y mercaderías, hablan sobre la delincuencia del presidente Nicolás Maduro Moros, cuyos acompañantes van desde las alcabalas móviles para chantajear y cobrar coimas hasta quienes les gusta irse al Sur para delinquir a países netamente agrícolas, allí esta Evo Morales, no podemos decir que son los migrantes, hasta milicianos sin hojas de servicios se encuentra en el altiplano andino y que cuidándolo, de verdad, hasta existe una conspiración desde la misma izquierda hacia afuera, personajes sin conocimiento de militancia y trabajo social
¿Dicen que Lenin Moreno no debió irse de la capital? ¿Hace rato, ante el clamor ecuatoriano debió expatriar a la delincuencia de Maduro que desestabiliza, asalta y asesina? ¿Por qué Yunda se escondió y no defendió Quito como hizo Viteri en Guayaquil? ¿Los indígenas destruyeron Quito con los correístas, la izquierda extrema y agitadores de Maduro, y aunque se desmarquen, su vandalismo fue en todo el país? Con una Prefecta, Asambleístas y concejales “desestabilizadores” al servicio de Correa con “¿patente de corso, elecciones anticipadas y la destitución de Moreno”?
Ignacio Lula Da Silva, apenas salió de prisión bajo condiciones especiales comenzó hablar mal de Bolsonaro Jair. Descanse dos días con su familia y vengan los abrazos y reconciliaciones, luego salga a la palestra pública sin hablar mal de nadie. América Latina no quiere malas pulgas, solo un género dispuesto a desarrollarla y crecer junto a los vástagos que florecen y la izquierda no debe promocionar el homosexualismo como una identidad, bastante jóvenes fueron muertos en Cuba porque a inicios de la revolución tenían sus ideas fuera del matrimonio y su vida civil.
La unidad esta en el pueblo
Latinoamérica entera dice no a los filibusteros de la izquierda, su terrorismo y que devuelvan lo saqueado, hasta el oro venezolano. Somos un Estado y un Continente fallido “sin Justicia y elecciones limpias” que, deberían ser saneadas con ayuda de la OEA y la UE, no con la ONU. De modo incomprensible, pagamos los altos costos en la ONU, ¿quién boga a favor del socialismo-totalitario de Castro, Maduro, Ortega, Correa, etc.? Maduro necesita el voto del Ecuador en la OEA y la ONU. ¿En octubre negro se ratificó el de Bolivia (su pueblo dice no elecciones “en dictadura”), y sumamos el de Argentina? Al no parar el holocausto venezolano, ¿pagamos el karma de su diáspora y desestabilización criminal, delincuencial y narcoterrorismo del castro-chavismo-madurista en toda la América?
Porque es neoliberalismo y libre mercado lo que nos aplican de una manera descarada. El mundo hispano está pasando por días de tribulación y angustia nunca antes vistos. El caos en carreteras y ciudades y la saña para destruir la propiedad pública y privada, que acompañaron a las protestas por las decisiones económicas, estremecieron a los países de nuestro continente. El odio y la división entre hermanos, practicados durante casi veinte años de una izquierda equivocada en su semillero, mostraron, con abominable virulencia, su más horrenda cara.
Para Correa y sus seguidores, en Ecuador, la ley y la moral no cuentan. Buscan reconquistar el poder que perdieron, para asegurar su impunidad y llevar al Ecuador por los caminos que conducen a Venezuela. Sirven ciegamente a una doctrina trasnochada y usan el pretexto de la justicia social para desencadenar sus venganzas. Todo esto saltó a la vista cuando conocidos políticos criollos y delincuentes extranjeros, infiltrados en las manifestaciones, atacaron pozos petroleros, centrales hidroeléctricas y vertientes naturales de agua y quisieron saquear la Contraloría y la Fiscalía, para quemar las pruebas de la corrupción del anterior gobierno. El terrorismo organizado, que se financia con el dinero robado al Ecuador y la ayuda exterior, cometió desmanes e hizo destrozos, escudándose detrás de un campesinado cuyas necesidades y aspiraciones -hay que reconocerlo- nunca han sido adecuadamente atendidas. Algunos políticos, pensando en las próximas elecciones, condenaron las medidas económicas y las describieron como una trampa para perjudicar a los pobres y favorecer a los ricos. Sus desubicados cálculos, en lugar de ganarles simpatías, recibieron censura pública. La virulencia de las protestas no corresponde al carácter de los indígenas, pero demuestra la gravedad de sus problemas y la urgencia de adoptar soluciones eficaces, de forma inmediata y permanente.
Muchas comunidades han sido engañadas por sus líderes en Latinoamérica, no pocos de ellos han sido útiles para la acción de las siniestras garras del izquierdismo neoliberal en la meticulosa preparación del caos. La eliminación de los subsidios a los combustibles ya ha producido efectos importantes: a) “sincerar la economía” y dar fundamento estable al desarrollo justo y sostenible del Ecuador; b) exponer en toda su gravedad los problemas de la sociedad rural, que deben ser objeto de un diálogo inmediato y eficaz para acordar soluciones; y c) poner en evidencia la influencia nefasta de Correa y sus secuaces que, con el apoyo de Caracas, Personeros políticos, buscan destruir la vida democrática en el Sur para pescar a río revuelto y evitar que la espada de la justicia les condene. Todos debemos unirnos en defensa del orden constitucional. Todos debemos demandar urgentes medidas en favor de las comunidades rurales. Todos debemos exigir que la justicia castigue severamente la corrupción y los atentados contra la paz y el orden público. La tranquilidad regrese a los urbanismos.
Sin alcalde ni presidente, sin líderes ni partidos que la guíen ni fuerzas del orden que la protejan, la clase media que produce y trabaja por el bienestar del ciudadano, se siente avasallada cada mañana, observa como los alimentos básicos disminuye en el hogar.
Hay grupos económicos que se dicen de izquierda que buscan apabullar a la clase trabajadora, una manada de zánganos y parásitos regados en todo un continente que se enmascaran en una legalidad ficticia para embaucar a la familia, muchos ya pagan el error por embaucarse en quienes le traicionaron y ahora le cayeron en cuernos, palos, porque literalmente la familia latinoamericana se encuentra desintegrada con la complicidad ajena de países que se hacen llamar integracionistas, muchas veces con la complicidad de indígenas y obreros, qué pena pero así fue, aunque los lerdos voceros del Gobierno insistan en diferenciar qué mano lanzó cada piedrazo. Y ellos la protagonizan, es la falsa izquierda.
Quién paga esa factura política? Un Continente que destrozaron los vándalos económicos y urbanos. Todos perdimos. Cada uno en su actividad. Además de los valores materiales hay daños en la imagen internacional y de valoración de riesgo parado o afectado una semana pierde todo lo que dejó de hacer más lo que destruyen proyectos que estaban en marcha o podían ser considerados.
. * Escrito por Emiro Vera Suárez, Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajo en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño
América Latina recibió un fuerte zarpazo de una izquierda integrada por facinerosos, la verdadera izquierda espera por el poder