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Barack Obama podría obtener rápidamente la autorización del Congreso estadounidense para proveer armas a los rebeldes sirios, pero su estrategia global contra el Estado Islámico (EI) sólo obtuvo un endeble consenso y los legisladores anunciaron prerrogativas constitucionales.
El Pentágono no puede tomar por sí solo la decisión de enviar equipamiento al Ejército Libre de Siria, o de formar a miles de sus combatientes. El ejecutivo necesita una autorización parlamentaria y Barack Obama parecía haber convencido por lo menos a los dirigentes del Congreso, tanto republicanos como demócratas, de seguirlo.
"Debemos darle al presidente lo que pide", expresó John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes.
"Llamó a formar y a armar a las fuerzas moderadas de la oposición siria, y es algo que reclamo desde hace tiempo", se quejó el senador republicano John McCain, quien denuncia desde hace más de tres años la inacción de EEUU en Siria.
Un voto positivo, tal vez el martes próximo en la Cámara de Representantes, sería lógico porque tanto republicanos como demócratas ya estuvieron de acuerdo tres veces en autorizar un plan de ayuda a los rebeldes, medidas que llevan meses esperando ser sometidas a votación.
Pero, los legisladores no tienen la intención de dejar que Obama recurra a la fuerza de forma indefinida en Irak y Siria.
En EEUU, es el Congreso el que declara las guerras. En 2001, tres días después de los atentados del 11 de septiembre, a falta de una declaración de guerra formal, aprobó un "uso de la fuerza militar", que sigue en pie y con una definición muy amplia y es válida contra los "países, organizaciones o personas" que participaron de estos atentados o protegieron a organizaciones o personas involucradas, como Al Qaeda.
La Casa Blanca afirma que esta autorización se aplica al EI, descendiente de Al Qaeda, pero esta interpretación no logró consenso.
- Irak 2.0 -
El debate ilustra el inmenso poder del Congreso en materia de defensa y política exterior frente al presidente estadounidense.
El ejecutivo se vio impedido de actuar reiteradas veces por los legisladores. Éstos prohibieron el traslado de detenidos de Guantánamo a EEUU, haciendo fraguar la promesa de campaña de Obama de cerrar la cárcel.
Además, originaron la última ronda de sanciones contra Irán, y amenazan con imponer nuevas, y hace un año, el Congreso no aprobó el proyecto de ataques aéreos en Siria.
Los legisladores lanzaron una advertencia el 25 de julio. Con 370 votos a favor y 40 en contra, la Cámara aprobó una resolución no vinculante contra el envío de tropas a Irak.
"Mis votantes están, y con razón, preocupados acerca de un Irak 2.0", dijo a la AFP el senador republicano Mark Kirk.
"No nos sobra tiempo cuando se trata de ataques aéreos en Irak contra el EIIL", dijo el senador demócrata Chris Murphy a la AFP. "Pero tenemos tiempo para conversar acerca de cómo será nuestra estrategia en la guerra civil siria".
Les congresistas están casi todos de acuerdo sobre la necesidad de aniquilar a los yihadistas del EI, un objetivo que comparte la mayoría de los estadounidenses, según sondeos publicados por el Wall Street Journal y el Washington Post esta semana, tras la decapitación de los periodistas James Foley y Steven Sotloff.
Pero pretenden limitar la magnitud, e incluso la duración, de un conflicto que de lo contrario podría durar varios años.
El orden del día de la sesión parlamentaria de noviembre y diciembre, después de las elecciones legislativas del 4 de noviembre, debería por lo tanto incluir una nueva autorización para un uso de la fuerza "a medida", según Robert Menendez, presidente demócrata de la comisión de Asuntos Exteriores del Senado.
Muchos quieren creer que una autorización como ésta será aprobada y que reforzará el poder presidencial.
El Congreso, dividido entre una Cámara con mayoría republicana y un Senado demócrata, es impredecible. Y los republicanos querrán evitar que esto parezca un voto de confianza hacia un presidente del que no dejan de deplorar la incapacidad y la pasividad en el escenario internacional.