La comisión electoral de Tailandia pidió este jueves el aplazamiento de las elecciones legislativas previstas para el 20 de julio, tras la muerte de tres manifestantes en un ataque con granada contra un campamento en pleno Bangkok, lo que hace temer un brote de violencia y provocó una amenaza de intervención militar.

"Si continúa la violencia, los militares deberán quizá salir" para "restaurar la paz y el orden", dijo en un comunicado el poderoso jefe del Ejército tailandés, Prayuth Chan-O-Cha, que precisa que sus tropas "podrían tener que recurrir a la fuerza para resolver la situación".

Después de semanas de relativa calma, en estos momentos la oposición se jacta de estar en la recta final de su lucha contra el Gobierno interino instaurado después de la reciente destitución de la primera ministra Yingluck Shinawatra.

Los camisas rojas, un movimiento que agrupa a los partidarios del gobierno, que son muchos entre la población rural del norte del país, advierten a la oposición de un peligro de guerra civil si se empeña en intentar derrocar al Ejecutivo.

El llamamiento este jueves de la comisión electoral a aplazar los comicios no hace más que agravar la situación. "Las elecciones del 20 de julio ya no son posibles, tienen que ser aplazadas", declaró este jueves a la AFP el secretario general de la comisión, Puchong Nutrawong, poco después de que un grupo de manifestantes entrara por la fuerza en el edificio donde se celebraba una reunión entre este organismo y el Gobierno sobre los comicios.

El secretario estima que se podrían celebrar elecciones como mucho en agosto y aún así "quizá sea todavía pronto". "No puede haber comicios si los manifestantes no están de acuerdo", dijo.

Los manifestantes están en contra de estas legislativas y acampan en varios lugares de Bangkok, sobre todo frente a la sede del Gobierno, ya que no reconocen al primer ministro interino, Niwattumrong Boonsongpaisan, cercano a Yingluck.

Las muertes de este jueves podrían agravar aún más el conflicto entre los partidarios del Gobierno y los opositores, que reclaman que el presidente del Senado, conocido por su oposición al partido gobernante, nombre un primer ministro "neutral". Inicialmente querían que el Ejército diera un golpe de Estado.

Las tres nuevas víctimas de este jueves elevan a 28 el número de muertos en seis meses de crisis política, que también dejaron cientos de heridos, en su mayoría por impacto de bala.

En el incidente de este jueves, dos granadas M79 fueron lanzadas sobre las tres de la mañana contra un campamento de manifestantes cerca del Monumento a la Democracia, uno de los puntos en los que los opositores mantienen sus protestas. Tras esto hubo disparos.

"La primera víctima es un manifestante que dormía en el Monumento a la Democracia. La segunda es un guardia que murió víctima de las heridas de bala recibidas", declaró a la AFP Wallop Prathummuang, un funcionario de policía.

El centro de atención médica Erawan precisó que hubo otro muerto y 23 heridos. Los opositores acusaban a Yingluck de ser una marioneta de su hermano Thaksin Shinawatra, ex primer ministro derrocado por los militares en 2006, que desde entonces vive en el exilio.

Según los analistas, los manifestantes están apoyados por las élites monárquicas de Tailandia, que consideran al 'clan Shinawatra', ganador de todas las elecciones legislativas desde 2001, una amenaza para la Casa Real.