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Cientos de militares, reclamando adelantos y mejoras salariales, se manifestaron el martes en varias ciudades de Costa de Marfil, una señal de la fragilidad persistente en el Ejército marfileño tres años después del fin de la larga crisis político-militar que sufrió el país.
La ola de protestas comenzó en Buaké, segunda ciudad del país, para extenderse luego a Abiyán, la capital económica, y otras ciudades.
El ministro de Defensa, Paul Kofi Kofi, intervino ante las cámaras de televisión para responder a los militares descontentos, anunciándoles una serie de medidas y pidiéndoles que "regresaran a sus puestos". Más tarde, el ministro de Interior, Hamed Bakayoko, anunció también medidas para satisfacer las reivindicaciones de los militares.
Un grupo de 575 militares, integrados al ejército en 2011, y otro de 8.400 cabos reclaman atrasos salariales (en algunos casos) desde 2009, declaró Bakayoko, quien dijo que "la respuesta es positiva (...) su mensaje fue escuchado".