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Cataluña: ¡Visca la Republica!

29/10/2017 13:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Amanecía republicana. Era mi primer despertar en libertad después de treinta y dos años de existencia y no me apetecía seguir durmiendo

 

Cambiaba de postura en la cama para seguir durmiendo, cuando caí en la cuenta de que amanecía republicana. Era mi primer despertar en libertad después de treinta y dos años de existencia y no me apetecía seguir durmiendo pese a que esa noche había bebido y trasnochado con mis amigos festejando la noticia. Me incorporé dispuesta a disfrutarlo con un punto de avaricia, como si fuera el primer amanecer de un preso que ha sido excarcelado después de una larga condena. Instintivamente, me asomé a la única ventana de mi pequeño estudio abuhardillado para mirar la calle. Estaba vacía pero preciosa. Las primeras luces del día la engalanaban con reflejos dorados muy hermosos. ¿Acaso el sol también lo festeja e ilumina como si nos abrazara? pensé, a sabiendas de lo ridículo de la idea.

Me acerqué a la pequeña cocina americana, a escasos metros de la cama y encendí la cafetera. Una cápsula y en apenas un minuto estaba disfrutando de una café solo y un cigarro. Era lo único que tomaba recién levantada. Tenía por costumbre desayunar otro café, ya con leche y tostadas, en el trabajo o en casa, sobre las 10h.

A mi cabeza acudía la película de lo vivido la noche anterior. Que emoción compartida que fiesta en la calle con cada voto con un Si y que explosión de júbilo y lágrimas de emoción cuando, la heroica Forcadell, anunciaba el resultado ganador de la votación. Al fin la tan anhelada independencia de Cataluña y la república. La familia del tercero izquierda era de Jaén y hacía tiempo que me habían retirado el saludo. Ni siquiera subían conmigo al ascensor. Imaginé sus caras de rabia y desesperación. También la de los españoles. Me regocijé en la imagen mientras apuraba el cigarro y le daba sorbos al café.

Me duché. Mis padres llegaban en avión al mediodía. Eran más independentistas que yo misma. No perdonaban el traslado forzoso a Madrid que sufrió mi padre hacía unos diez años. Todos los años viajaban por estas fechas para visitar a mis abuelos en el cementerio el día 1 de Noviembre.

Me dispuse a preparar el desayuno. Abrí la pequeña nevera, típica de habitación de hotel y cogí el cartón de leche… Asturiana!! En un instante la estaba vaciando por el sumidero de la cocina. Que asco. Que boba. Anda que no hay leche en Cataluña para tener que comprar la mala leche asturiana. Decidí bajar a desayunar al bar de la esquina. Los dueños eran de Zaragoza pero discretos y buena gente. Hacían unas tostadas exquisitas porque ellos mismos horneaban el pan. Al llegar, estaba cerrado. Colgaba un letrero en la puerta: “Nos hemos trasladado a Zaragoza. Disculpen las molestias” No me hizo gracia pero, enemigo que huye…, me dije.

Decidí entonces caminar dando un paseo hasta el centro y hacer tiempo porque la idea era comer por allí a la llegada de mis padres. Las fachadas de los edificios seguían colmadas de banderas esteladas y los rostros de las gentes con las que me cruzaba, traslucían su íntima satisfacción. Al menos eso me parecía. No tenía duda de que Girona había sido el epicentro del Procés.

Las medidas del 155 serán un chiste al lado de las que adoptará el Presidente de nuestra República

A la altura de la Plaça del Vi, cerca ya del Ayuntamiento, me dirigí a CaixaBank a sacar dinero para pagar la comida y hacer unas compras antes de regresar a casa. No pudo ser, por razones técnicas, que decía la pantalla. Probé en el Sabadell que estaba enfrente y lo mismo. ¿Será por el 155? pensé. Bueno pues no me quedaba otra que pagar con la tarjeta. Me senté en una terraza y, como ya eran más de las 12h, pedí una cerveza y me planté de cara al sol, que ya empezaba a calentar con fuerza, mientras trasteaba mi móvil. Estaba atestado de WhatsApp sin leer, en las decenas de grupos a los que pertenecía. Un vistazo por Insta y Twitter y sonó el teléfono. Era mi madre. Estaba desolada en la T4. IBERIA les había cancelado el vuelo. —Tranquila mamá, le dije, coged otro aunque lleguéis por la tarde. —Hija mía al parecer no están permitiendo aterrizajes en Cataluña de vuelos con origen en España. Están todos los vuelos cancelados. Vamos a intentar el AVE y te decimos algo.

No me iba a enfadar por eso. Antes bien, era signo inequívoco de que las cosas estaban cambiando. Vi a la camarera y aproveché para pedirle otra cerveza y un plato de jamón y queso. Sería mi comida antes de regresar a casa. Otra vez al móvil. OK Diario recogía la cancelación de vuelos, pero poco más aclaraba sobre los motivos. En directo, el President se disponía a hacer una declaración institucional. Instantes después de empezar, hube de frotarme los ojos. Era Puigdemont con su esposa pasando delante de mí. Estaba claro entonces que era en diferido. Les seguí con la mirada hasta verlos entrar en un buen restaurante al fondo de la plaza. Me pareció curioso.

Pedí la cuenta. Quería comprar algunas cosas y sestear un rato porque había dormido poco. Regresó la camarera y me dijo que mi tarjeta no pasaba. Le dí la otra del Sabadell. Lo mismo. Y el caso es que no tenía efectivo. Me acerqué a la barra. Allí estaba Joan al que por suerte conocía. No tuve que decirle nada. Me dijo que lo mismo le había ocurrido a otros clientes. Que no me preocupara que otro día se lo pagaría. No me hizo gracia.

Después del paseo de regreso hasta casa, caí en el sofá y me quedé dormida. Me despierta el móvil con las ultimas luces de la tarde. Es mi madre. Están en Atocha. No hay plazas en el AVE. No saben cuándo podrán viajar.

Puse la tele. El Barça jugó en Bilbao esta tarde y el Real Madrid, mañana domingo en Girona. ¿Como era posible?, me pregunté. Ya eran encuentros de una liga extranjera. La que se va a montar por eso, me dije. Eché un vistazo a la nevera y la despensa. Poco más que huevos y unas latas. No pude comprar y tampoco podía pedir cena por teléfono. Llamo a un par de amigas y, por una razón u otra, no habían hecho planes de salir. La víspera, al parecer, habían acabado la fiesta muy tarde y muy pasados. Desisto de otras intentonas y me pongo el pijama. Tocaba ver la tele. Me hago unos huevos revueltos con atún. Me resistía a despedir mal la jornada que con tanta ilusión había comenzado. Ninguna noticia, en ningún canal, de la República. El Ayuntamiento del Val D’Arán somete a decisión el lunes la secesión de Cataluña. ¿Están locos? Habrá que esperar al lunes, pensé. Anuncian manifestación multitudinaria de fachas mañana domingo en Barcelona. ¿Como lo permite la Colau? Que vergüenza, que indignación. Ya no me importaba que fuera acabando el día para que llegara el lunes cuanto antes. Se van a enterar. Las medidas del 155 serán un chiste al lado de las que adoptará el Presidente de nuestra República. Yo les exigía la libertad de los Jordis y, si no lo hacen, les declaraba la guerra y punto. Que se enteren. Tendrán que cruzar la frontera a Francia por San Sebastián. Espero que el Girona gane al Real Madrid mañana. Para colmo, la tele me recuerda que, como se aplica la puta hora española, hay que adelantar el reloj y por tanto el domingo, tiene veinticinco horas. ¡¡Visca la República!!

AscoHastaLaNáusea

 

 


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Ascohastalanausea (258 noticias)
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