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La rivalidad entre Caracas y Magallanes, exacerbada al máximo por una polémica decisión -por decir lo menos- se muda esta noche al Universitario, donde los Leones tratarán de hacer valer su condición de local para cobrar venganza de la derrota del martes en Valencia.
El ambiente -tanto en el terreno de juego como en las tribunas- estará en plena efervescencia, habida cuenta de que el ‘balk’ sentenciado por el umpire Stephen Barga, y que propició el resultado a favor de los turcos, lejos de aclararse con las horas, se enrarece cada vez más.
Y es que en un estadio José Bernardo Pérez a plena capacidad (unas 15 mil almas), nadie -además de Barga- pudo observar el movimiento irregular del lanzador Ronald Uviedo.
Que el Caracas no bateó, se atascó en las bases, que el manager Rick Sweet no protestó la sentencia con mayor severidad, esas son cosas aparte.
En ese momento el partido estaba igualado, y tras el ponche de Luis Landaeta, vino el abanicado de Johermín Chávez y manso rodado al pitcher de Jesús Merchán. O sea, era un inning para cero.
Nadie sabe cuál sería el resultado de no cantarse el balk al Magallanes, pero lo cierto es que la afición -de ambos equipos- no merecían un resultado mediocre después de un juego tan bueno.
Guardando las distancias, fue como si al Real Madrid le pitaran a favor un dudoso penalti contra el Barcelona en el minuto 89. Entonces ni siquiera los madridistas estarían satisfechos.
Basta de llantos; no valen la pena. Si bien la primera victoria de Magallanes sobre el Caracas en la 2012-2013 estuvo marcada por un balk cantado a Ronald Uviedo por el umpire Stephen Barga, es triunfo al fin, punto. ¿Fue balk?, ¿no lo fue?, eso quedará para la discusión entre fanáticos, entre colegas, más no hay que echarse a morir; hay que pasar la página; esto, al final, es beisbol, no la tercera guerra mundial.
Es apenas el primero de nueve duelos que sostendrán los eternos rivales, que hoy volverán a medirse en el Universitario. Recuerdo que días antes del choque el manager del Caracas, Rick Sweet, me dijo que no iba a ponerle presión a sus jugadores, ya que lo más importante era que se divirtieran, pese a la rivalidad. ‘Es u juego más’, me dijo. Sin embargo, Sweet tenía que reclamar el martes el polémico veredicto de Barga, tenía que morir por los suyos y aderezar el clásico con polémica. Ese, además de muchas otras funciones, es su trabajo.
Al final, pese al pataleo, Magallanes se llevó la victoria, sumando seis lauros en siete compromisos en el José Bernardo Pérez de Valencia, recinto donde los Leones no ganan desde el 30 de octubre de 2011. Los Navegantes se arman cada día más. Hoy se estrenará el grandeliga Jesús Flores, el jugador más valioso de la nave en la 2011-2012 y en la lomita estará Eric Junge, quien derrotó a los melenudos en varias ocasiones la campaña pasada.
Creo que es hora de dejar de llorar por lo que pasó y concentrarse en lo que puede pasar. Esto apenas comienza.
ANTONIO CASTILLO, LUISCARLOS GONZÁLEZ | EL UNIVERSAL