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Tenía un amigo, que se creía tan irresistible, que pensaba absolutamente convencido, que las mujeres, le iban a lanzar las bragas a la cara, nada más que él se lo propusiera. Y es cierto que tuvo mucho éxito con el sexo femenino, pero también se pegó unas hostias tremendas, algunas realmente estrepitosas, para sacar los colores al más caradura de los mortales, aunque, eso nunca fue motivo suficiente, para que mi colega, se rindiera, y por eso siguió, y aún creo que lo hace todavía, ofreciendo su miembro viril (del que continuamente presumía, ya que como él siempre dijo, "el tamaño es lo único que importa") envuelto en papel de regalo, como si todas las mujeres del planeta, estuvieran deseosas de desenvolver el valioso obsequio, y por supuesto, utilizarlo, en sus diferentes modalidades de uso.
En fin, lo importante por encima de todo, es siempre la confianza en uno mismo, y si además, como es el caso que nos ocupa, uno es el propietario de una verga descomunal, ¡pues mejor, que mejor!
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