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El primer ministro australiano, Tony Abbott, ha asegurado este viernes que su país "hará lo que sea necesario" para combatir a los traficantes de personas, pero ha negado las acusaciones de que funcionarios locales pagaron miles de dólares para devolver un barco con inmigrantes.
Las autoridades indonesias informaron de que están investigando las acusaciones hechas a la policía local de que el capitán y la tripulación de un barco que llevaba a personas que pedían asilo político recibieron 5.000 dólares cada uno de un oficial de inmigración australiano si los devolvían.
El barco, que llevaba a personas que buscaban asilo político procentes de Bangladés, Birmania y Sri Lanka, llegó a las costas de la isla de Roti, en Indonesia, a finales de mayo, tras ser interceptado, supuestamente, por la marina australiana cuando iba en ruta hacia Nueva Zelanda.
"La respuesta corta es: el Gobierno australiano va a hacer lo que sea necesario para que este tráfico demoníaco pare", dijo Abbott a la radio 3AW para responder a la pregunta de si la tripulación había obtenido dinero de funcionarios australianos. "Por las buenas o por las malas vamos a detener este tráfico", afirmó.
Después, el líder australiano declaró a los periodistas que no revelaría ningún detalle de la política de su gobierno para proteger las fronteras para no dar información implícita o explícita a los traficantes.
Camberra endureció su política de inmigración desde la llegada al poder de la coalición conservadora encabezada por Abbott en septiembre de 2013 y deniega cualquier petición de asilo de personas que hayan llegado en barco al país.