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Crítica sobre la película Aquaman, estrenada el 21 de diciembre de 2018
Aquaman, la última entrega de DC Films y Warner Bros, se ha estrenado hace muy pocas semanas en cines de todo el mundo y ha sido considerada la película más taquillera de la franquicia desde El Caballero Oscuro.
La película, protagonizada por el exitoso actor de Juego de tronos, Jason Momoa, ha conseguido alcanzar con creces los números para igual e incluso superar a las películas más taquilleras de su rival más directo: Marvel. Sin embargo tenemos que preguntarnos, ¿a qué precio?
La rivalidad entre dos marcas multinacionales que ofrecen productos similares es algo que se sabe pero de lo que no se suele hablar, véase el caso de Coca-Cola y Pepsi, McDonald´s y Burger King, Apple y Microsoft, o en este caso, Marvel y DC Comics. Sin embargo, la batalla por conseguir las mejores ventas de productos está más que servida, y cada una de las marcas tiene preparado un arsenal de armas con el que defenderse.
Si hablamos de cómics, siempre ha existido una gran diferencia de estilo entre las historias, superhéroes y villanos de DC y de Marvel y gracias a que las películas están producidas por las mismas empresas, esa esencia se mantenía en la filmografía.
Ver una película de Marvel es completamente diferente a ver una de DC. El mejor ejemplo de ello es comparar la trilogía de Batman con las tres películas de Ironman. El que diga que es exactamente lo mismo, miente. Simplemente con fijarnos en los colores, los movimientos de cámara, la psicología de los villanos... Nos damos cuenta de que no tienen nada que ver.
DC ha usado una de las grandes bazas de Marvel para mantener al espectador hasta el último segundo pegado a la butaca del cine: la escena postcréditos
Entonces llegó El Hombre de Acero y todo el mundo pudo darse cuenta de que Superman había perdido algo... Sabíamos que no era ni la capa, ni las mayas apretadas pero era algo. Podía sentirse entre los espectadores de las salas de cine. Sin embargo, no fue hasta el estreno de Wonderwoman que todo el mundo se dio cuenta de lo que había pasado:
¡DC ESTABA PERDIENDO SU ESENCIA EN FAVOR DE MARVEL!
Cuanto más crecía la franquicia de los cómics de Stan Lee, más ansiosos se volvían los de DC por ganar aunque fuera una de las muchas batallas en las que se enfrentaban. La Liga de la Justicia, estrenada en 2017 fue un intento de respuesta ante la locura que estaban despertando desde 2012 las películas de Los Vengadores, del mismo que Batman vs. Superman fue una forma de intentar desbancar a la esperada película del Capitán América. Civil War.
¿Cuál ha sido la consecuencia de tantos años de lucha? Yo os lo diré: Aquaman.
La película sobre el legítimo rey de Atlantis tiene todas las características que se esperan de un filme de Marvel: una gama colores tan llamativa y brillante como lo son las escenas de acción, el humor de los personajes principales, la forma de grabar los exteriores, la trama y desenlace... Sin embargo, hay algo que destaca sobre todo el tema de estilo de filmación y guión: DC ha usado una de las grandes bazas de Marvel para mantener al espectador hasta el último segundo pegado a la butaca del cine: la escena postcréditos.
Sí, es cierto que la película ha sido un taquillazo, pero ¿a qué precio? ¿Estaremos a punto de ver como DC Films acaba con el legado de una serie legendaria de Comics?
Sinceramente, esperemos que no sea así porque los fans que de verdad aman todo el universo DC quedarían bastante decepcionados.
Contadme, ¿qué os ha parecido a vosotros la película? ¿Estáis de acuerdo con mis impresiones? ¡Espero vuestros comentarios sobre la película y sobre la rivalidad entre Marvel y DC!
Ha conseguido alcanzar con creces los números para igual e incluso superar a las películas más taquilleras de su rival más directo: Marvel